Este 12 de octubre, Día de la Resistencia y la Dignidad Indígena, la comunidad otomí residente en la Ciudad de México celebró el tercer aniversario de la toma de las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), rebautizándola como “Casa de los Pueblos y las Comunidades Indígenas: Samir Flores Soberanes”, en un ambiente de fiesta y alegría.
Antes de dar inicio a las actividades, la comunidad otomí recibió a sus invitados con un desayuno y, posteriormente, los anfitriones dieron la bienvenida.
Luego, se ofreció un espacio a diferentes colectivos que realizaron pronunciamientos y denuncias relacionadas con la situación en sus comunidades. Además, se llevaron a cabo varias actividades culturales en las que participaron todos los miembros de la comunidad otomí.
Texto y fotografías por Andrea Amaya/ @and_amaya17
La comunidad otomí residente en la Ciudad de México ha pasado tres años luchando y resistiendo por su derecho constitucional a una vivienda digna. A lo largo de este persistente camino de resistencia, el gobierno de la Ciudad de México no ha cumplido con sus promesas de expropiar los terrenos de los que fueron desalojados los integrantes de esta comunidad.
En esta incansable lucha, la comunidad ha denunciado en repetidas ocasiones que la única respuesta del gobierno ha sido la represión, la discriminación y el racismo.
Isabel, miembro de la comunidad otomí, declaró que el 12 de octubre es un día de lucha y resistencia para los pueblos originarios:
“Hoy estamos aquí luchando y resistiendo como hace 531 años, como hace 27 años que se creó el Congreso Nacional Indígena, y como hace tres años que nació la Casa de los Pueblos, para seguir luchando, resistiendo y diciéndole a este mal gobierno que no queremos su progreso en nuestros pueblos, porque es mentira; ese progreso es de muerte”.
El pronunciamiento de la comunidad otomí, a tres años sin respuestas concretas del gobierno en relación con las promesas que les han hecho sobre los terrenos que solían habitar, estuvo a cargo de Bonifacia Margarito, donde la comunidad declaró que solo han recibido racismo y discriminación por parte de la Cuarta Transformación:
“La respuesta a nuestras demandas, sin importar el color del gobierno en turno, siempre ha sido de puertas cerradas. Solo nos ven como cifras en los procesos electorales y como folklore para promocionarse en el mundo. Si resistimos y nos organizamos para exigir nuestros derechos, recibimos discriminación, desprecio, olvido, represión y criminalización”.
Además, recalcaron que el 12 de octubre lo único que celebran los pueblos originarios y las comunidades indígenas es su resistencia y rebeldía:
“Este 12 de octubre no tenemos nada que celebrar que no sea la resistencia y rebeldía de nuestros pueblos. Han pasado 531 años y no nos conquistaron; nuestros pueblos originarios y comunidades indígenas siguen resistiendo contra la militarización, la contrainsurgencia, el crimen organizado y los grupos paramilitares que, en complicidad con los gobiernos municipales, estatales y federales, gozan de plena impunidad para imponer megaproyectos de muerte como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos y el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía”.
El evento concluyó con presentaciones de la Escuelita Autónoma de la comunidad otomí. Posterior a estos actos, la comunidad y sus invitados se trasladaron al Ángel de la Independencia para unirse a la movilización convocada por el Congreso Nacional Indígena en el Día de la Resistencia y la Dignidad Indígena.