Por Verónica Almanza
Profesora-Investigadora de la UACM
Por definición lingüística, plagiar es sinónimo de copiar, robar, engañar, hurtar o secuestrar, pero en el ámbito artístico o académico plagiar significa copiar obras o ideas de otro para hacerlas pasar como propias. A nivel de educación básica continuamente el profesor(a) pide a los alumnos copiar fragmentos de textos históricos, literarios o científicos; pero, a nivel de educación media superior y superior, la formación del estudiante está encaminada a que produzca ideas y ejercite la redacción propia, poniendo en práctica sus habilidades metodológicas-conceptuales de análisis, síntesis, comparación y reflexión.
Recientemente, en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se denunció el plagio en las tesis de licenciatura y maestría de una funcionaria de la institución, Denisse Martínez Ascención, coordinadora del plantel Centro Histórico. La denuncia se hizo ante el Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de esa universidad. Asimismo, se realizó ante un Comité de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque fue, en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI), donde presentó el reporte de trabajo: la función del Psicólogo en el área de investigación dentro de la Universidad de la Ciudad de México, para obtener el grado de licenciatura en Psicología. También se denunció ante el director del Instituto de Investigación en Comunicación y Cultura (ICONOS), porque ahí se le otorgó el grado de maestría, con la tesis: Propuesta de campaña de acción social para la Universidad Autónoma de la Ciudad de México sobre: El abandono de perros (sic).
La UACM contrató a Martínez en el 2002, primero como administrativa y después como profesora-investigadora de tiempo completo, pero se declara incompetente para abordar el problema de los plagios de la académica.
La UNAM cuenta con normas en el Estatuto General y un Tribunal Universitario, en caso de existir la presunción de pagio. Supuestamente se realiza una investigación y en caso de demostrarse el plagio de algún estudiante se le amonesta hasta con un año de suspención, pero, hasta ahora, el Comité de Ética de la FESI no ha concluido ni ha establecido procedimiento a seguir con una estudiante egresada. En el caso de la UACM, Consejeros Universitarios advirtieron que esta universidad no cuenta con la instancia competente ni procedimiento a seguir para tratar el tema de plagio y reconocen que esto es una omisión grave en su normativa, en cuanto a normas éticas y académicas con las que debería contar la Universidad.
El Consejo Universitario cuenta con un marco jurídico como la Ley de la Universidad, el Estatuto General Orgánico y el Reglamento de Responsabilidades Universitarias, pero como explícitamente no contiene la palabra plagio, entonces se declaran incompetentes para sancionar. La Comisión Resolutiva, compuesta por siete consejeros universitarios, tuvo en sus manos el expediente de acusaciónn con las respectivas pruebas, y determinó que sí existía un presunto plagio en ambas tesis de Denise Martínez, pero que esto no era competencia de ellos.
La Guía rápida sobre plagio y derechos de autor publicada por la UNAM dice que “existe plagio cuando alguien presenta como suyo las ideas o el trabajo de alguien más de forma total o parcial. Dicho ‘trabajo’ puede ser texto, figuras, imágenes, sonidos, video, etc.” En esta misma guía resalta con negrillas que “incluso si se ha parafraseado o usado signos de puntuación y referenciado correctamente, es inaceptable basar una porción substancial del reporte en el trabajo de alguien más, El propósito es utilizar el material de alguien más para apoyar los propios argumentos”. Umberto Eco, en el texto ¿Cómo se hace una tesis?, afirma que citas sin comillas son plagio.
En la era digital existen aplicaciones o software para la detección de plagios, una de ellas Turnitin cuya popularidad internacional ha valido que la UACM contrate los servicios de un proveedor, al correr las tesis con la herramienta, ésta arroja entre 35 y 40 porciento de plagio directo e indirecto. Así, al complementar el análisis cualitativo con el buscador de Google, el plagio es evitente y cuantitativamente de mayor dimensión. Por ejemplo, en el trabajo de licenciatura, las páginas 11, 12, 13, 14, 18, 19, 20 tienen una coincidencia total con el blog de Oliver, en la página De las Ciencias. Sociales y las Humanidades que se puede consultar todavía hoy en línea: http://educandoalhumano.over blog.com/2014/12/renacimiento.html
Las preguntas están en el aire, ¿qué pasa cuando se descubre el plagio de un estudiante que ya está en calidad de egresado?, ¿La UNAM debería retirar el grado? como lo hizo el Colegio de México en el caso de Rodrígo Núñez Arancibia, a quien se le revocó el grado de doctor. ¿La UACM se puede declar incompetente?, si fue esta institución quien la contrató para hacer tareas de docencia e investigación, ¿debería pedirle su renuncia? o ¿vale más tomar una decisión retórica? declarando que fue un simple error o descuido para hacer la debida citación, aunque exista la evidencia de un plagio directo de páginas completas, en ambos trabajos. El camino y la decisión la tienen las autoridades, si quieren salvaguardar su prestigio y responder a la ética, la decisión será, verdaderamente, un presedente para comprender lo que impera más ante un fraude académico: la integridad ética o la simulación.