En el marco de la conmemoración del Día de las Víctimas de Desaparición Forzada, la inauguración de la exposición “Vestir la Represión (1968-1978)”, se presenta como un espacio donde la memoria y la historia se entrelazan para visibilizar uno de los periodos más oscuros de México. Con testimonios, documentos, indumentaria y elementos sonoros, se invita al público a reflexionar sobre la brutalidad ejercida por el Estado durante la Guerra Sucia y a reconocer que la represión continúa en la actualidad.
La exposición se encuentra ubicada en la Galería Universitaria del Edificio de Cultura y Arte del ITESO. Esta muestra, que estará disponible hasta el 13 de septiembre de 2024, ofrece una experiencia que transporta a las personas visitantes a un periodo crucial en la historia de México, invitándoles a reflexionar sobre la represión y la lucha por los derechos humanos, a través de las voces de quienes participaron en su organización y materialización.
Por Vanessa Briseño / @nevervb Fotos Mario Marlo / @MarioMarlo / @ZonaDocs
Durante las décadas de los sesenta y setenta, la juventud mexicana fue testigo de un mundo en transformación: la guerra entre Estados Unidos y Vietnam, la Guerra Fría y la llegada del humano a la luna. Inspirados por figuras como el Che Guevara y los ideales de la Revolución Cubana, muchos soñaban con un cambio profundo. Sin embargo, tras la represión del movimiento estudiantil de 1968, algunos optaron por la lucha armada. En medio de estos cambios, el gobierno en turno mantenía el control político del país desde 1929. Frente a las crecientes demandas de derechos y justicia social, el Estado Mexicano respondió con violencia.
Este periodo, conocido como la “Guerra Sucia,” es considerado por muchas personas como un crimen de Estado, debido a la brutalidad con la que los gobiernos eliminaron a personas guerrilleras, activistas, sindicalistas, estudiantes y campesinas. Con la exposición “Vestir la Represión (1968-1978)” se busca transportar a la sociedad a esos años, permitiendo explorar las narrativas de las víctimas, los eufemismos que los represores utilizaban para disfrazar la brutalidad de sus actos y la moda de la época, con la principal motivación de que la reflexión y la memoria colectiva prevengan la repetición de estos horrores.
La exhibición que destaca la crudeza del periodo más oscuro de la represión en México, la muestra “Vestir la Represión (1968-1978)” se presenta en el marco del Día de las Víctimas de Desaparición Forzada y el quinto aniversario del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia Francisco Suárez, SJ, del ITESO. La exposición revela la historia oculta de aquellos años mediante un paisaje sonoro donde sobrevivientes y familiares se dirigen a sus seres queridos, a través de documentos, indumentaria, espacios de intervención, así como una colección de prendas de la época, incluyendo un traje del “Negro” Durazo.
Leopoldo Maldonado, director regional de la Oficina para México y Centroamérica de Artículo 19, compartió para ZonaDocs el origen de la exposición y las motivaciones detrás de su creación:
“Justo fue la confluencia de todos estos esfuerzos, justo de eso que los colectivos de sobrevivientes, el trabajo de archivos de la represión de Artículo 19 y el acompañamiento de algunos procesos en donde nos dimos cuenta que hacía falta, pues justo de forma artística, también darle cauce a la memoria”.
La información recopilada en informes, archivos y testimonios ha sido fundamental para alimentar esta idea que, según Leopoldo, “el Centro de Promoción Cultural del ITESO le dio forma, y que también pueda llegar a otros públicos, más allá del público al que tradicionalmente llegan nuestros mensajes como organizaciones o los mensajes que mandan los colectivos de sobrevivientes”.
La exposición tiene como objetivo mantener viva la memoria, preservar la lucha por los derechos humanos violentados durante esa etapa de represión estatal; además de recordar la urgencia de revertir la impunidad, estableciendo garantías de no repetición. Leopoldo subrayó la necesidad de un reconocimiento tanto social como estatal de estos sucesos y la implementación de medidas que aborden las cicatrices que han dejado en la sociedad mexicana.
“Hay hilos de continuidad con la violencia que estamos viviendo hoy porque muchas de esas estructuras de criminalidad y violencia de Estado, esas complicidades y pactos de impunidad que se formaron en aquella época, hoy persisten”, añadió, destacando que actores de esa época continúan influyendo en la actualidad. La exposición, entonces, no solo revisita el pasado, sino que también conecta con los desafíos del presente, invitando a una reflexión profunda sobre las raíces de la violencia y la impunidad en México.
Jessica Alcázar, coordinadora de Derecho a la Verdad y Rendición de Cuentas de Artículo 19, añadió detalles sobre el origen y la finalidad de la exposición. La idea, de acuerdo con Jessica, surgió en 2020 durante una conversación con compañeras del Centro de Derechos Humanos del ITESO.
“Platicábamos sobre la necesidad de visibilizar los testimonios, pero sobre todo también trabajar las emociones con los familiares y cómo pudiéramos exponerle a las nuevas generaciones lo que ocurrió en ese periodo”, recordó.
Con entusiasmo, se decidió crear una exposición que no solo mostrara la represión de manera visual, sino también, a través de elementos sonoros. Alcázar explicó que la intención es acercarse a los familiares y víctimas de derechos humanos desde una perspectiva desde lo sensorial, “escuchar, sentir esa represión y vestir esa represión,” agregó Jessica, con el fin de sensibilizar a las nuevas generaciones sobre lo ocurrido:
“Vivimos en una crisis de derechos humanos en México, donde las desapariciones continúan, donde las violaciones a los derechos humanos continúan”.
En ese contexto, la memoria histórica se convierte en una herramienta esencial para buscar medidas de reparación y garantizar la no repetición de eventos como los ocurridos. De acuerdo con la coordinadora, la exposición busca, en particular, que las juventudes de Jalisco conozcan la historia detrás de dicho periodo, el cual resulta difícil de acceder por la falta de información y el silencio que le rodea. Jessica subrayó la importancia de visibilizar lo sucedido, y de reconocer a las personas sobrevivientes que siguen luchando por el reconocimiento y por obtener medidas de reparación.
Bertha Lilia “Tita” Gutiérrez Campos, integrante del Colectivo Rodolfo Reyes Crespo, compartió su perspectiva sobre lo que significa ver la exposición “Vestir la Represión” materializada, Tita enfatizó que esta realidad, lejos de ser historia pasada, sigue viva:
“Representa una ventana por donde podemos asomarnos personas de mi edad de la década de los 70 y los jóvenes para conocer una realidad que parece lejana, pero no lo está y nos lo recuerdan las cifras de los desaparecidos y desaparecidas actuales”.
Al ver la exposición montada, confesó que le resulta “como hasta un poco divertida, pero ya sé que el trasfondo no tiene nada de divertido,” aclarando que la muestra ofrece “otra manera de acercamiento, más con los objetos que con las palabras de la teoría de los análisis políticos”. Aunque en su forma la exposición puede parecer un juego, Tita destacó su enfoque inteligente, sensible y empático.
Su esperanza es que las personas visitantes experimenten algo del ambiente que se vivió en aquella época. Desea que quienes recorran la exposición sientan la fuerza de “las palabras que se usan para referir las fichas que están aquí y… en las fotos que aquí en las paredes nos muestran esas fotos, gritos de rebeldía.” Con esta exposición, quiere que las personas se conecten emocionalmente con esa historia, recordando que el pasado tiene ecos en el presente.
Y es que, aclarara que ese hilo conductor que une presente y pasado, “ahora es más por el crimen organizado, donde la vida humana es mercancía, que por ideas políticas de oposición, como sucedió en la década de los setenta”. Reconoció, por lo tanto, que “las desapariciones actuales se deben a estructuras criminales que persisten, con influencia de la vieja escuela”.
La violencia actual, dice Tita, “es un tema de inseguridad y no de represión política”, aunque, asegura que en algunos estados del país hay mayores niveles de complicidad de parte de las autoridades.
Por su parte, Ricardo Velasco Morales, integrante del Colectivo Memoria y Resistencia, expresó lo que representa para él ver la exposición “Vestir la Represión”, subrayando su relevancia para las nuevas generaciones:
“Es muy importante para nosotros y sobre todo para el estudiante nuevo, para que se entere y sepa lo que pasó hace más de 50 años, de cuando el Estado mexicano nos reprimió, nos asesinó, nos desapareció”.
La exposición adquiere un significado especial para Ricardo ya que, al ver elementos de la época como las vestimentas y los escritos le llevan a recuerdos personales. Un detalle que le sorprendió fue la inclusión del traje de Durazo.
Ricardo compartió que la exposición le trae “muchos recuerdos, muchos recuerdos de todo, cada paso, cada uno recuerda aquellos años”, destacando la importancia de mantener viva la memoria. Así mismo, invitó al público, especialmente a la comunidad de estudiantes, a visitar la exposición para que tengan “una idea más exacta” de lo que sucedió. Con emoción, afirmó: “Aquí está, la verdad, aquí está, en fotos, en documentos, en libros, en videos,” finalizando con la importancia de no olvidar y de compartir esta historia con las nuevas generaciones.
La exposición “Vestir la Represión (1968-1978)” se encuentra ubicada en Galería Universitaria, en la planta baja del Edificio de Cultura y Arte del ITESO. Estará disponible hasta el 13 de septiembre del 2024.