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15 años de Mujeres de Arena

Por Humberto Robles

En noviembre del año pasado se conmemoraron 15 años del estreno de la obra de teatro documental Mujeres de Arena. Desde entonces a la fecha ha sido representada por más de 170 grupos de teatro, en diecinueve países, en tres continentes.

“Mujeres de Arena se ha convertido en un himno que recuerda

las vidas que hay detrás de las cifras y la estadística”.

Agnese Marra (Nueva Tribuna, España)

En una tarde del 25 de noviembre, quince años atrás y en el marco del Día Internacional contra la Violencia de Género, las actrices Vanessa Bauche, Carmen Huete, Laura De Ita, Hilda Nájera, Laura Hidalgo y el actor Juan Ríos Cantú llevaron a cabo en el zócalo capitalino una lectura dramatizada de Mujeres de Arena. Posteriormente, las actrices Selma Beraud, Carmen Huete, Marcela Morett, Mercedes Hernández y el músico-actor Jorge Fratta realizaron una temporada en el Teatro La Capilla, abarrotando cada función. Debido a la enorme respuesta del público, se fueron presentando en otros espacios alternativos. Desde entonces a la fecha la obra ha contado con el apoyo de las organizaciones de derechos humanos Nuestras Hijas de Regreso a Casa, el Comité Cerezo y el Comité Pável González, este último un joven estudiante y activista asesinado en la Ciudad de México, a quien está dedicada la obra.

Concebida como teatro documental, la obra cuenta con testimonios reales de una madre, una hija, una prima y una víctima del feminicidio sexual sistémico en Ciudad Juárez. Los testimonios van acompañados de cifras e información al respecto, así como de poemas o textos de varios autores: Antonio Cerezo Contreras, en aquel entonces preso político del estado mexicano, ahora defensor de derechos humanos; la politóloga Denise Dresser; Malú García Andrade cuya hermana fue víctima del feminicidio; María Hope, socióloga y escritora mexicana; Eugenia Muñoz maestra colombiana en la Virginia Commonwealth University; Marisela Ortiz, copresidenta de Nuestras Hijas de Regreso a Casa; Servando Pineda, periodista, ensayista, académico y analista político, y Juan Ríos Cantú, actor, dramaturgo y director de escena.

Al final de las funciones en el Teatro La Capilla, así como en otros espacios donde se escenificó la obra, se realizaron debates con personalidades conocedoras del tema o sobre derechos humanos. Fue así como Norma Andrade, madre de Lilia Alejandra García Andrade, víctima del feminicidio, expresó: “Nosotras no apoyamos estas obras de teatros… ellas nos apoyan a nosotras”. O doña Rosario Ibarra, quien dijo “Estas obras no deberían existir… pero qué bueno que existen”.

Desde aquel remoto 25 de noviembre, la obra se ha multiplicado por diversas latitudes alrededor del mundo, de Nueva York a la Patagonia, y de Londres a Sídney. A la fecha ha sido representada por más de 170 grupos teatrales en varias ciudades de veinte países: Alemania, Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, España, Estados Unidos, Guatemala, Inglaterra, Italia, México, Noruega, Perú, República Dominicana y Uruguay. Es la obra sobre los feminicidios en Ciudad Juárez más representada en el mundo y una de las obras contemporáneas más montadas en la actualidad.

La editorial Los Textos de La Capilla publicó por primera vez la obra, cuyo prólogo estuvo a cargo de Marisela Ortiz. Posteriormente la Editorial Círculo Cultural de Rewdood City, California, la editó en la antología Teatro Documental. Como una excepción, la obra fue reseñada por Ramón Ochoa Estrada en el libro “Dramaturgas chicanas y fronterizas. Semejanzas y diferencias en su teatro“. Por otra parte, el texto ha sido traducido al inglés, francés, portugués, alemán e italiano. Asimismo se ha transmitido por radio, dos veces en Guadalajara, México; una en Montevideo, Uruguay, y otra en Sídney, Australia.

Varios han sido los factores que han contribuido al éxito y a la difusión de Mujeres de Arena. Antes que nada, a diferencia de muchas obras sobre el mismo tema, esta lo aborda de forma testimonial; en los textos no hay ficción sino la más cruda realidad dándole voz a aquellas personas que han perdido a algún familiar, e incluso a una de las víctimas, resultado del máximo exponente del machismo, el sistema patriarcal y el neoliberalismo: el feminicidio sexual sistémico. También ha contribuido que la obra esté registrada bajo la licencia Copyleft (Creative Commons), la cual permite que sea representada por cualquier persona siempre y cuando conserve íntegramente el texto original, no lo haga con fines de lucro ni a favor de ningún partido político, en el entendido de no se cobra por los correspondientes derechos autorales.

Entre algunas curiosidades relevantes, Amnistía Internacional ha apoyado algunos montajes de México, Italia, Perú y Uruguay. Eugenia Muñoz escribió a propósito de la obra “Una orquestación de voces para la consciencia y la justicia”. Se dio lectura de la obra en el “II Encuentro de escritores X Ciudad Juárez (audio)”, celebrado en València en la Casa del Alumno de la Universidad Politécnica, en 2012. En Montevideo, Uruguay, ha habido tres montajes, algunos de los cuales contaron con el apoyo de la ONG Mujeres de Negro. El grupo teatral Maru Jasp realizó un montaje que llevó de gira en diversas ciudades españolas. La Revista Conjunto de la Casa de Las Américas de Cuba publicó un artículo sobre la obra. La actriz y activista social Ofelia Medina hizo una lectura dramatizada cuando se presentó la primera edición del libro en la Ciudad de México. En el presente año, el grupo Donne di Sabbia cumplió once años de representarla en Italia. Como un hecho inédito, en 2017, la obra se escenificó en la cámara de diputados de la Ciudad de México, con la actuación de Malú García Andrade, autora de uno de los textos que se incluyen en la obra.  El portal Nodal Cultura publicó una crónica para celebrar los 15 años de la obra, y Sandra Romero en La Izquierda Diario la calificó como “La más importante denuncia teatral contra el feminicidio”.

Con el transcurrir del tiempo, se ha vuelto habitual que la obra se monte cada año en el marco del Día Internacional de la Mujer, así como en el Día Internacional contra la Violencia de Género. Se ha presentado en grandes teatros, en otros pequeños, en espacios alternativos, al aire libre, en grandes capitales así como en pueblos pequeños y remotos. Ha habido montajes con actrices y actores de renombre, otros amateurs e incluso algunos con personas que nunca se han dedicado a la actuación. Todo esto a pesar de que en México la obra ha sufrido censura por parte de algunos funcionarios gubernamentales, se ha impedido su montaje en algunas ciudades, algunos jurados la han bloqueado en muestras teatrales, y a que algunos integrantes de la obra han sufrido acoso e incluso amenazas de muerte. Sin embargo sigue representándose y lo hará hasta que termine la pandemia de feminicidios, que ya no es exclusiva de Ciudad Juárez, ni siquiera de México -donde se asesina a siete mujeres al día en promedio-, ya que estos crímenes se han extendido alarmantemente a otros países.

Ojalá llegue el día en que esta obra deje de montarse o se haga solo como el lamentable recuerdo de días terribles donde la vida de una mujer no valía nada y donde la corrupción y la impunidad gubernamentales permitieron que se cometieran estos crímenes de lesa humanidad.

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