El aniversario del levantamiento zapatista reunió a miles en un llamado por la justicia, recordando la lucha por la tierra y la autonomía que marcó el inicio del EZLN hace tres décadas.
Fotografías Johana Utrera Cristián Jiménez y Diego García
Este 1ro de enero de 2024 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, celebró su 30 aniversario del levantamiento zapatista, una de las acciones más importante del siglo XX en la lucha de los derechos de los pueblos indígenas y su independencia en México.
La celebración congregó a miles de simpatizantes, tanto locales como internacionales, en una “comunidad autónoma” zapatista. Durante este evento, el subcomandante Moisés del EZLN habló sobre la idea de que las tierras comunitarias no pertenezcan a nadie en particular, usando el lema “tierra común, tierra de nadie”.
Entre la multitud, el subcomandante Marcos, una figura icónica del movimiento, estuvo presente pero optó por el silencio. Se recordó a las víctimas de la violencia, reconociendo los casos de desapariciones, feminicidios y reclutamiento forzoso por parte de grupos criminales en México. Esto resalta la continua lucha por la justicia y por no olvidar lo sucedido.
El levantamiento zapatista de 1994 ocurrió cuando México entraba al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Fue una forma de oponerse a esta entrada, mostrando que no todos estaban de acuerdo con las economías más desarrolladas. Este movimiento, que comenzó en Chiapas, fue en un momento difícil, marcado por el asesinato de Luis Donaldo Colosio y una crisis económica.
El EZLN tiene sus raíces en las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), un grupo clandestino de finales de los años 60. A pesar de ser perseguidos violentamente en los años 70, resurgieron en Chiapas en 1983, formando el EZLN para proteger los derechos de los indígenas y luchar por un México más justo. Desde entonces, han estado a la vanguardia, luchando por la justicia, la autonomía y el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. Esto se vio reflejado en los acuerdos de San Andrés en 1996 y en la creación del Congreso Nacional Indígena (CNI).
Estos 30 años no solo representan una historia de resistencia, sino también un recordatorio de la persistente búsqueda de dignidad, derechos y autonomía para los pueblos indígenas en México, manteniendo viva la llama de una lucha que continúa su camino hacia la justicia y la igualdad.
