Ciudad de México, 29 de abril de 2020. La caída constante de las horas de trabajo a nivel mundial a causa del brote de COVID-19 significa que 1 600 millones de trabajadores de la economía informal, esto es, casi la mitad de la población activa mundial, corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento, advirtió hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según El Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo – Tercera edición, la caída de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020 podría superar con creces a la estimada anteriormente.
“En comparación con los niveles anteriores a la crisis (cuarto trimestre de 2019), ahora se prevé un deterioro del 10.5 por ciento, el equivalente a 305 millones de empleos a tiempo completo (asumiendo una semana laboral de 48 horas semanales). Según la previsión anterior, el descenso sería del 6.7 por ciento, el equivalente a 195 millones de empleados a tiempo completo. Ello se debe a la prolongación y la ampliación de las medidas de confinamiento”, señaló el organismo.
La OIT puntualizó que la crisis económica provocada por la pandemia ha dado una estocada contundente a la capacidad de ganar el sustento de casi 1 600 millones de trabajadores de la economía informal (el grupo más vulnerable del mercado laboral), de un total de 2 000 millones a nivel mundial, y de una fuerza de trabajo mundial de 3 300 millones de personas. Los desencadenantes es esta situación son las medidas de confinamiento y/o el hecho de que esas personas trabajan en alguno de los sectores más golpeados.
“A nivel mundial, el primer mes de la crisis se habría cobrado un 60 por ciento de los ingresos de los trabajadores informales. Esto equivale a una caída del 81 por ciento en África y las Américas, del 21.6 por ciento en Asia y el Pacífico y del 70 por ciento en Europa y Asia Central”, señaló la organización. “Si no cuentan con una fuente de ingresos alternativa, estos trabajadores y sus familias no tendrán medios de supervivencia”.
La organización precisó que en todo el mundo, más de 436 millones de empresas afrontan el grave riesgo de interrupción de la actividad. Estas empresas pertenecen a los sectores de la economía más afectados, incluidas unas 232 millones pertenecientes al comercio mayorista y minorista, 111 millones, a las manufacturas, 51 millones, a los servicio de alojamiento y servicio de comida, y 42 millones al sector inmobiliario y otras actividades comerciales.
Ante la situación, la OIT instó a adoptar medidas urgentes, específicas y flexibles para ayudar a los trabajadores y las empresas, en particular, a las empresas más pequeñas, los trabajadores y trabajadoras de la economía informal y demás personas en situación de vulnerabilidad.
“Las medidas de reactivación de la economía deben basarse en un alto nivel de creación de empleo, y debe ser respaldadas por políticas e instituciones laborales más fuertes, y por sistemas de protección social más amplios y dotados de más recursos. Para que la recuperación sea efectiva y sostenible, también será decisiva la coordinación internacional de paquetes de medidas de estímulo y medidas de alivio de la deuda. Como marco, pueden utilizarse las normas internacionales del trabajo, que ya gozan de consenso tripartito”, especificó.
“A medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable”, dijo Guy Ryder, Director General de la OIT. “Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro. Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso. Carecen de ahorros y de acceso al crédito. Estos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo. Si no se les ayuda ahora, sencillamente desaparecerán”.