Por Enrique G. Gallegos*
El pasado 20 de diciembre, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 142/2021 en la que afirma que existieron “violaciones al derecho a la libertad sindical, a la legalidad y a la seguridad jurídica” al determinar la procedencia de cambio de directiva del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (SUTNOTIMEX). No deja de resultar paradójico, contrafáctico y extraño, que un organismo como la CNDH que se dedica a defender los derechos humanos termine por avasallar y atropellar los derechos laborales de los más desprotegidos en un conflicto laboral, como es el caso de la huelga que sostienen las y los trabajadores del SUTNOTIMEX, por no mencionar la injerencia a favor del sindicato charro quejoso y de las autoridades de NOTIMEX. Porque en un conflicto laboral los más afectados son los trabajadores, dado que son los que reciben los sueldos más bajos y en caso de huelga, se les suspende el pago de su salario. Situación que se vuelve doblemente extraña y contrafáctica, porque la directora de Notimex, Sanjuana Martínez, ha realizado periodismo en temas de derechos humanos. ¿O es que los derechos laborales y sindicales no son humanos?
Entonces insistamos en esa situación, con tintes de una comicidad involuntaria sino fuera porque está de por medio la salud y las mínimas condiciones para reproducir la vida de decenas de trabajadores: dos involucrados, la CNDH y la directora de Notimex, que por diferentes vías han participado en la defensa de los derechos humanos, se unen para atropellar los derechos laborales de los trabajadores. Pero hay más elementos que agravan esa situación: es una huelga larga —larguísima—, que ya cumple 671 días, con todo lo que implica de desgaste emocional, económico y en la salud para los huelguistas y que pone en duda la misma sobrevivencia de la agencia de noticias. Pero hay más: es una huelga en gran medida sostenida por mujeres: el 80%. Ellas: mujeres trabajadores, mujeres huelguistas, mujeres resistentes e insumisas, son: Adriana, Susana, Verónica, Rosaura, Fabiola, Gabriela, Cristina, Erika, Elizabeth, Liliana, Patricia, Guadalupe, Maricela, Claudia, las Evangelina, Gabriela, Verónica, Jaqueline, Laura, Lidia, Viridiana, Pilar, Ana, las Beatriz, Beatriz, Gloria, Lucía y muchas más. Ellas son secretarias, reporteras, editoras, correctoras, asistentes, almacenistas y más.
Pero todo esto no dejar de ser contradictorio porque justamente quienes están apoyando y cometiendo esta arbitrariedad contra las trabajadoras del SUTNOTIMEX son, además, dos mujeres: la Presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra y la directora de Notimex, Sanjuana Martínez. Pero evidentemente no son cualesquiera mujeres: son mujeres con poder. Una con un poder derivado de ser la Presidenta de la CNDH y la otra por ejercer un cargo que hace las veces del representante del empleador (que en la jerga sindical se le conoce como “la patronal”). Cuando el poder político y el poder patronal coinciden en medio de un conflicto laboral (una huelga), suelen representar la viva imagen del abuso.
Pero hay más: en un país como el nuestro con una estructura patriarcal profundamente enraizada hasta los huesos de la vida cotidiana, en el que las mujeres suelen dedicarse a eso que una filósofa marxista llamaba la doble socialización, el trabajo remunerado y las tareas de la casa, que en estricto sentido es otro trabajo, pero oculto bajo el supuesto de no ser “productivo”. En realidad, las mujeres por lo regular trabajan doble: deben sostener los gastos de alimentación, comida, vestimenta, pagar renta y las deudas, y también deben realizar el trabajo en casa, cuidar los hijos, hacer la limpieza y la comida. El feminismo ¿no debería de estar indignado por esta injusticia contra estas mujeres trabajadoras en huelga? Porque es una injusticia que muestra con claridad la doble opresión: la opresión a la clase trabajadora y la opresión de la cultura patriarcal. Doble opresión que en el caso de las sindicalistas del SUTNOTIMEX se expresa con desnudez y crudeza.
La citada recomendación va dirigida a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde y otros funcionarios. Luisa María Alcalde ¿se sumará a esa doble política que pretende asfixiar a las y los trabajadores del SUTNOTIMEX u obligará a las partes a sentarse en un ambiente de bilateralidad para resolver la huelga?, ¿y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y el Senado, seguirán en la indiferencia y la complicidad de esas prácticas de doble opresión?
No deja de llamar la atención que a esta recomendación se añada a otra que emitió la CNDH: la recomendación 74/2021, emitida el 3 de noviembre del 2021, para que Sanjuana Martínez, directora de Notimex, fuera incluida en el Mecanismo de Protección a periodistas; pero la Secretaría de Gobernación la rechazó porque los hechos no estaban relacionados con su labor como periodista, sino con su condición de funcionaria pública. Desconozco qué tipo de relación mantienen Sanjuana Martínez y la Presidente de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, pero dicen que en política no hay casualidades: estamos ante dos resoluciones de la CNDH que benefician a Sanjuana Martínez.
Tampoco deja de ser sospechoso que el sindicato quejoso que motivó la recomendación de la CNDH, el SINOTIMEX, haya sido formado el 17 de octubre del 2019, después de que llegó la mueva directora a NOTIMEX, Sanjuana Martínez, y seis días después de que fuera despedida la líder sindical del SUTNOTIMEX, Adriana Urrea. Ese alineamiento de hechos no puede ser gratuito y tiene una lógica: el control de NOTIMEX, que pasa también por el control sindical. De ahí también la política represiva de su directora, que de acuerdo a un boletín informativo de SUTNOTIMEX, a febrero de 2020 había despedido a 241 empleados (que incluye de confianza, honorarios y de base). Ciertamente se puede comprender que algunos se encuentren justificados (por ejemplo, los cargos de confianza) por una política de austeridad, pero el volumen, la creación charril del SINOTIMEX, las presiones a los trabajadores para que se afilien a ese sindicato charro y el despido de Adriana Urrea y el intento de criminalizarla, muestran que estamos ante una acción deliberada y siniestra. Y tampoco justifica ese terrorismo laboral que el anterior líder sindical, Conrado García Velasco, haya dado muestras de corrupción y negligencia sindical, por lo cual fue expulsado del SUTNOTIMEX, según se informó en un boletín informativo el 20 de febrero del 2020.
*Profesor en la UAM y militante del SITUAM