El libro “Testimonios, a 50 años de la fundación del CCH Oriente” relata las experiencias de estudiantes y profesores que participaron en un movimiento educativo y social crucial en los años 70 en México, destacando la lucha por la educación pública y la justicia social.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
El 26 de agosto en el centro cultural Mixcoacallic se realizó la presentación del libro “Testimonios, a 50 años de la fundación del CCH Oriente”, donde participaron Roberto Osorio Yescas, Alfonso Torres Romo, David Oscar Villarruel Velasco y Antonio Orozco Michel.
El libro publicado por la editorial Oriente Rojo, documenta el testimonio de 61 exalumnos y profesores de las primeras generaciones del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Oriente (CCHO). Este proyecto fue creado para conmemorar el 50 aniversario de la fundación de esta escuela en 1972 en la Ciudad de México.
El libro recoge las experiencias de estudiantes y profesores en los años 70, una década caracterizada por un intenso movimiento estudiantil que abogaba por la democracia, la justicia social y la participación política. Durante este tiempo, las escuelas preparatorias y universidades se convirtieron en focos de protestas y huelgas, donde los estudiantes demandaban reformas educativas y derechos humanos. Acciones estuvieron influenciadas por corrientes ideológicas como el marxismo.
Durante la presentación, Roberto Osorio Yescas, egresado del CCH Oriente, explicó que, desde su ingreso, los estudiantes se sumaron a la organización y lucha por la educación pública y gratuita.
“Estudiar en el CCH para mí fue un privilegio, desde que nacieron los CCHs, nacieron para para pelear, para atacar las injusticias. Cuando nosotros entramos creímos que íbamos a ingresar a la UNAM con pase directo, jamás nos dijeron que nuestro ingreso a la universidad iba a ser por medio de un examen, esa fue nuestra primera lucha. Los cinco CCHs del Distrito Federal, iniciamos nuestras primeras batallas y la ganamos. Hasta la fecha los CCHs tiene el pase automático a la UNAM.”
Osorio Yescas, recuerda que, desde su ingreso, los estudiantes comenzaron a organizarse y reflexionar sobre su educación y su lucha.
“La educación que recibimos no se la debíamos ni al gobierno ni a la universidad ni a ninguna institución, sino que la educación se la debemos al pueblo y entonces nuestro compromiso era con el pueblo y con los problemas del pueblo. Fue cuando iniciamos con una y comenzamos a crear nuestros estatutos y nuestros ideales.”
Alfonso Torres Romo, originario de Lagos de Moreno, Jalisco, relató su necesidad de migrar a la Ciudad de México “debido a la miseria que existía en ese entonces en Lagos de Moreno” para poder seguir estudiando, ya que, en su ciudad, en esos años no había posibilidades de seguir sus estudios.
“Pude ingresar a estudiar al CCH Oriente, gracias a que se abrió la oportunidad de que fueran aceptados los estudiantes que habían sido rechazados de las otras escuelas, fue así como pude ingresar”.
Torres Romo, recuerda que los profesores del Colegio habían participado en las movilizaciones del 68, lo que se vio reflejado en su formación.
“La participación de nuestros profesores en las movilizaciones del 68 influyó significativamente en nuestra percepción de la educación. Al adoptar una perspectiva distinta sobre este ámbito, lograron transmitirnos su visión transformada, lo cual impactó profundamente en nuestra perspectiva de vida y mentalidad. En mi caso personal, proveniente de un pueblo conservador como Lagos de Moreno, donde las creencias religiosas imperaban, esta transformación resultó aún más marcada. Al ingresar al CCH Oriente, me encontré con una mentalidad política y formas de pensar radicalmente diferentes, generando un choque cultural. Este choque, a su vez, fue el motor que transformó por completo mi modo de pensar.”
Torres Romo recordó cómo los CCHs, fue un proyecto de Pablo González Casanova y el ingeniero Manuel Pérez Rocha quienes buscaban atender una creciente demanda de ingreso a nivel medio superior en la zona metropolitana del entonces Distrito Federal.
Por su parte, Antonio Orozco Michel, exintegrante de la Liga 23 de Septiembre, detalló como fue su relación con esta escuela y sus estudiantes durante los años 70, época en que vivió en la CDMX después de haber escapado del penal de Oblatos.
“Yo conocí los CCHs porque estuve en necesito Federal en el a partir de 1976, era parte de un de la Brigada Arturo Games que distribuíamos nuestra propaganda el CCH Oriente. Muchas compañeras y compañeros provenían del CCH Oriente y del CCH Azcapotzalco, y murieron en las filas de la Liga Comunista de 23 de septiembre. Por eso las experiencias que se rescatan en este libro son muy importantes, los elementos que permiten a las nuevas generaciones iluminar las enseñanzas y fortalecer sus luchas actuales y futuras no hay otro mecanismo ni proceso de conocimiento.”
Durante su participación, Antonio Michel resaltó la importancia de escuelas con el perfil de los CCHs, escuelas que preparen a estudiantes críticos, informados y comprometidos con sus sociedades.
“Una aspiración que hemos mantenido los luchadores de izquierda es no ver a las universidades y escuelas como como instituciones que formen a estudiantes para las necesidades del capital, de las empresas, sino un estudiante vinculado a la sociedad y su pueblo.”
El libro “Testimonios, a 50 años de la fundación del CCH Oriente”, documenta las historias en primera persona de uno de los últimos proyectos innovadores de educación en México. Desde la creación de los CCHs, aprobado por la UNAM en enero de 1971 con el respaldo de Pablo González Casanova como rector que proponía un programa de estudios innovador que en su momento fue criticado y suspendido por las mismas autoridades de la UNAM.
Sin embargo, gracias a la lucha de los estudiantes el proyecto sigue actualmente en pie, cuenta con cinco planteles y mantiene el pase automático a la UNAM.