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Cuba Rebelde y cultural

Por Humberto Robles

“La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura”,

José Martí

El primer viaje que realicé en mi vida fue a Cuba para asistir al XI Festival de la Juventud y los Estudiantes que se llevó a cabo en 1978, una experiencia inolvidable que culminó con un discurso de Fidel en una repleta Plaza de la Revolución. Desde entonces he realizado múltiples visitas a la isla, se han presentado varias de mis obras de teatro allá (Frida Kahlo Viva la Vida, El Arca de Noelia,  lecturas dramatizadas de Mujeres de Arena y dos textos se incluyeron en el espectáculo “Sin Pelos en la Lengua”, dirigido por Hugo Vargas), el joven director Reynier Cepero ha adaptado un par de obras mías para realizar dos cortometrajes (Ornitorrinco y Las Señoritas de Avignon), me han invitado a conversatorios de teatro y a finales del año pasado estuve unas semanas en La Habana. Para mí, ir a Cuba es y siempre ha sido una bocanada de aire fresco y renovador.

Si entre los principales objetivos de la revolución fueron y siguen siendo los de garantizar la educación y la salud para la población, otro es el de llevar la cultura a todos los rincones. Es indispensable aclarar que esto se logró y se mantiene a pesar del criminal boqueo impuesto por Estados Unidos, una medida injusta, ilegal, genocida, que atenta contra las leyes internacionales y los más elementales derechos humanos, aunado a una feroz guerra mediática. Lo anterior nunca debe ser ignorado cuando se habla de Cuba a fin de comprender los logros de la revolución y entender muchas de las carencias que padecen los cubanos.

Es por ello que sorprende la variedad y la cantidad de oferta cultural que encontramos en la isla, particularmente en La Habana, nombrada en 2016 “Ciudad Maravilla” del mundo moderno, algo que hubiera sido imposible sin la labor del Historiador de la Ciudad Eusebio Leal.

En esos días recientes vi que la televisión tiene un alto contenido de programas culturales; el teatro, la danza y el ballet son accesibles a todo tipo de público ya que, por ejemplo, el costo de un boleto de teatro es de 5 pesos cubanos (el salario promedio mensual es de 500 pesos cubanos). La ciudad alberga diversos museos como el Napoleónico, el de Bellas Artes, el de Artes Decorativas, el de la Revolución, el memorial del Granma, por citar algunos. También hay salas de exposiciones y de conciertos, o conciertos gratuitos en las calles y los barrios como los que realiza el trovador Silvio Rodríguez, al que tuve la oportunidad de ver en su concierto número 88 cerca de La Habana Vieja.

Después de la caída del bloque socialista en la Europa del este, Cuba entró en lo que se llamó “Periodo Especial”, al que se sumaron medidas de la administración de George W. Bush para reforzar y agravar aún más el bloqueo. A pesar de todo, Cuba siguió apostando por el arte y la cultura. Contrario a las políticas capitalistas, el gobierno cubano no supone que la cultura sea un lujo, ni sacrifica recursos, sino que la financia y la fomenta. En cambio, en los países con políticas neoliberales, cada vez que hay una “crisis”, los primeros recortes se dan en el rubro cultural, como sucede en México y recientemente con el Ballet Nacional Danza en Argentina. Son dos visiones totalmente opuestas de lo que debe ser.

Considerando lo anterior y a pesar de las adversidades, Cuba nos ofrece el Festival de Teatro de La Habana; el Mayo Teatral, una muestra del teatro latinoamericano y caribeño que se realiza cada dos años en la Casa de las Américas y cuya curaduría está a cargo de Vivian Martínez Tabares, quien también dirige la Revista Conjunto.  En el interior del país destacan las Romerías de Holguín, la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa y el Festival del Fuego de Santiago de Cuba. Además están la Feria Internacional del Libro, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, todos con enorme prestigio a nivel mundial. Esto sin contar evidentemente la cantidad de encuentros y festivales de música, desde el jazz hasta la salsa.

Hay instituciones ya legendarias como el ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), el Ballet Nacional de Cuba, cuyos pilares fueron Fernando Alonso, Alberto Alonso y la Prima Ballerina Alicia Alonso, así como la ya mencionada Casa de las Américas, fundada por Haydeé Santamaría; hay que señalar que el Premio Casa de las Américas es uno de los premios con más renombre de Latinoamérica. Por otro lado, está la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, creada por Gabriel García Márquez, Fernando Birri y Julio García Espinosa.

En las artes escénicas debemos mencionar al Circo Nacional y su escuela circense; el Teatro del Escambray fundado en 1968, cuyos montajes poseen un alto contenido social; el colectivo Teatro El Público, fundado por Carlos Díaz, con más de 25 años de existencia; la Compañía Danza Abierta creada en 1988, y el grupo de teatro infantil La Colmenita, embajadora de buena voluntad de la UNICEF, la cual también cuenta con una escuela de artes escénicas para niños, y que este año cumplió 28 años.

La Habana está salpicada de teatros; en el corazón de la ciudad se alza el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, cuyo inmueble fue inaugurado en 1838 y actualmente es sede del Ballet Nacional; el Teatro Karl Marx, el más grande de la isla; el Centro Cultural Bertolt Brecht; el Teatro Martí, inaugurado en 1884; el Teatro Julio Antonio Mella con su galería de arte llamada Tina Modotti; el Teatro Nacional de Cuba en la Plaza de la Revolución, y la Fábrica de Arte Cubano, “un proyecto cultural y social autofinanciado, cuyo objetivo es apoyar y promover la obra de jóvenes creadores de todas las ramas del arte, como el cine, la música, la danza, el teatro, las artes plásticas, la literatura, la fotografía, la moda o el diseño gráfico”, entre muchos más.

A sus casi 60 años, la revolución cubana ha alcanzado y mantenido grandes logros en prácticamente todos los ámbitos, como lo reconocen la UNICEF, la ONU, la UNESCO, la ONEC y WWF. A pesar de sus detractores, de la desinformación y de las calumnias que divulgan los medios hegemónicos, Cuba ha alcanzado niveles educativos, culturales, deportivos, de salud y de una vida libre sin violencia, que supera y con creces al resto de Latinoamérica e incluso a los Estados Unidos.

Si visitas Cuba no te olvides de asistir a los cientos de eventos culturales que el país nos ofrece a lo largo del año.

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