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Diálogos por la cultura y las artes

“La resistencia no es solo aguantar, sino construir algo nuevo”

Por Humberto Robles/@H_Robles

El pasado 7 de diciembre se llevó a cabo otro diálogo virtual entre funcionarios de la Secretaría de Cultura y varios artistas de distintas disciplinas y estados del país, a fin de analizar el último punto de las Propuestas generales para la reestructuración del nuevo organismo de apoyos y fomentos para la cultura y las artes (antes Fideicomiso del Fonca), cuyo tema es el de la corrupción.

Además de encomiar la apertura que las actuales autoridades han tenido con estos creadores, la reunión se enfocó en la urgencia de fijar un número máximo en el que un individuo y un grupo puedan recibir estímulos gubernamentales, estableciendo además un periodo razonable entre un apoyo y otro, ya que esto pondría fin con muchas de las malas prácticas del pasado. Por ejemplo, en el caso del programa México en Escena, es importante señalar que, en nombre de la “continuidad”, es incorrecto -y resultó contraproducente- dar apoyos reiteradamente a una misma asociación, ya que, por conveniencia o por ineficacia, solo ha propiciado que no busque o no logre ser independiente ni autosustentable.

Pero hagamos un recuento de cómo surgieron estos útiles diálogos. Desde su fundación en 1989, el exFonca se vio envuelto en la polémica; se le acusó de haber sido una estrategia salinista para amordazar a los artistas y así legitimar su sexenio, de convertirse en “modus vivendi” para muchos, de haber creado una elite y sostenido una mafia cultural. En su momento, Jesusa Rodríguez llamó a los becarios “haraganes” y la crítica de arte Avelina Lésper sentenció que “El Fonca es un sistema corrupto, si piden que no cambie son parte de la corrupción”.

Al inicio de este gobierno comenzaron las fricciones entre varios artistas que dependen o que pretenden vivir del Estado y las nuevas autoridades encargadas de promover el arte en el país, quienes han buscado democratizar las instituciones culturales. En 2019, durante un foro entre varios artistas y funcionarios, estos mostraron datos duros, con cifras oficiales de aquel entonces:

* A lo largo de 30 años se habían recibido 128 mil 268 solicitudes, de las cuales solo se otorgaron 22 mil 23 apoyos, correspondientes a 11 mil 872 personas

* Estas 11 mil 872 personas recibieron hasta 25 tipos de incentivos en diferentes convocatorias y temporalidades

* Grupos escénicos obtuvieron recursos del fondo hasta por 14 años e incluso sus representantes legales también obtuvieron parte de los recursos

* 243 artistas obtuvieron estímulos de entre 4 a 6 millones de pesos casa uno, de acuerdo con sus años en el SNCA (Sistema Nacional de Creadores del Arte)

Aunque muchos becarios parece que no entienden, lo anterior demostró las enormes desigualdades y la concentración de recursos en una minoría rapaz. Más tarde, la agencia Notimex subió una nota y un video titulado Becas del Fonca: entre la discrecionalidad y el abuso, que levantó ámpulas entre muchos aludidos que se sintieron “criminalizados” (sic), “linchados” (sic) y de ser “víctimas de la Cuarta Transformación” (sic). Varios consideraron que habían votado por un cambio de gobierno, sin embargo, no estaban dispuestos a que sus prerrogativas fueran tocadas, así que se volvieron acérrimos opositores de esta administración. Votaron por la izquierda queriendo conservar las prebendas que les daba la derecha.

Así surgieron grupos que se han resistido a que haya modificaciones en las normas del exFonca, hoy SACPC (Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales), y defienden a ultranza al viejo e injusto modelo. A pesar de las rencillas, varios colectivos sostuvieron mesas de trabajo con las autoridades, pero a raíz de que se filtrara un chat llamado “Desactivación Colectivos”, se retiraron de las negociaciones y muchos desconocieron como interlocutores a la actual secretaria de cultura, Alejandra Frausto, y a otros funcionarios. Incluso, algunos grupos presentaron una queja ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) contra la Secretaría de Cultura “por actos y omisiones de naturaleza administrativa”.

En esa coyuntura, otros creadores redactaron la carta “No nos representan” para deslindarse de aquellos grupos que se desgañitaban en nombre de la “comunidad artística y cultural”. Fue así como le enviaron el documento de “Propuestas” a Juan Carlos Bonet, titular del SACPC, y sostuvieron una reunión virtual con él, Marina Núñez Bespalova, Erwin Neumaier, entre otros. Desde entonces, estos creadores y autoridades han mantenido encuentros virtuales para revisar el documento, el cual se divide en tres ejes: democratización, descentralización y combate a la corrupción.

El mes pasado, en un ejercicio de transparencia, el doctor en sociología Tomás Ejea y Sonia González difundieron la Lista Fonca-SACPC de todos los beneficiarios del área de teatro que han recibido apoyos estatales, hasta 2020. Esta investigación se suma a otras que han realizado otras personas, quienes le hicieron llegar listas similares a las autoridades en funciones; cabe aclarar que los datos recabados son oficiales, públicos y cualquiera puede descargarlos de internet. En el caso de Ejea y de González, su gran tarea fue ordenar los datos, indicando el o los apoyos obtenidos por individuo, sin hacer señalamientos contra nadie, y gracias a su labor, se sabe quién ha recibido un solo estímulo y quién ha recibido hasta 17.

Esto provocó, una vez más, que muchos artistas se sintieran “criminalizados” (sic) y “linchados” (sic), cuando en realidad simplemente se exhibió a quienes han recibido beneficios estatales y cuántas veces; si les parece apropiado recibir tales cantidades de becas y de dinero, no deberían ofenderse ni rasgarse las vestiduras.

Por todo lo anterior, y para evitar abusos, se ha hecho incapié en que se establezca un tope máximo de estímulos por persona y por grupo, porque el actual modelo solo ha propiciado la endogamia y el acaparamiento de recursos. Lo grave es que, aunque carezca de ética, los excesos se han dado en el marco legal, por eso se insiste en que haya un reglamento claro, a fin de que las mayorías y los que menos tienen reciban los apoyos, por una cultura más incluyente y diversa para beneficio, no de los artistas, sino de la población que es la que debe resultar favorecida.

Se permite la difusión total o parcial, citando al fuente.

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