Entrevista con el Maestro Tomás Isaac Salazar, Heredero de una Tradición de 140 Años.
Por Redacción / @Somoselmedio
En el corazón de México, en la ciudad de Huamantla, Tlaxcala, florece una tradición única que se ha mantenido viva durante más de 140 años. Conocido como el “arte efímero,” las alfombras de Huamantla son un tributo a la fe, la creatividad y la devoción a la Virgen María y la Virgen de la Caridad. El maestro Tomás Isaac Salazar, un heredero de esta tradición, comparte su profundo conocimiento y experiencia con nosotros.
La historia de las alfombras de Huamantla se remonta a la época prehispánica, cuando los guerreros tlaxcaltecas regresaban victoriosos de la batalla. La población les daba la bienvenida arrojándoles pétalos de flores. Según el maestro Isaac Salazar, esta práctica temprana es un indicio de cómo se inició el arte efímero en la ciudad. A lo largo de los años, esta tradición ha evolucionado, incorporando nuevos materiales como la arena y el aserrín, así como la pintura monocromática.
En la actualidad, las celebraciones en honor a la Virgen de la Caridad se extienden a lo largo de todo el mes de agosto, culminando en la noche del 15 de agosto. Durante esta festividad, se crean alrededor de 10 kilómetros de tapetes y 30 alfombras de aserrín y otros materiales en el atrio de la Basílica de la Caridad y las calles principales de Huamantla. Esta noche, conocida como “la noche que nadie duerme,” es un ejemplo de la devoción y la unidad de la comunidad.
El maestro Tomás Isaac Salazar, quien ha estado involucrado en este arte desde los seis años, considera que hacer alfombras y tapetes es una forma de manifestar la fe no solo hacia María, sino también hacia el Creador. Como católicos creyentes, ven este acto como una ofrenda directa al Altísimo, expresando gratitud por la vida, la naturaleza y la creación que Dios les ha dado.
La tradición de las alfombras en Huamantla se ha transmitido de generación en generación, y el maestro Salazar proviene de una larga línea de artistas alfombristas. Su abuelo, Antonio Salazar, fue una figura clave en su desarrollo artístico. Desde una edad temprana, el joven Tomás participó en concursos de mini alfombras y, durante diez años consecutivos, obtuvo los primeros lugares.
La evolución de este arte es evidente en la complejidad y el nivel de detalle de las alfombras actuales. El maestro Salazar describe cómo han avanzado hacia “trabajos más profesionales, dándoles un toque como si fuera un cuadro al óleo.” Esta evolución refleja no solo una mejora técnica, sino también una mayor expresión artística.
Recientemente, el maestro Tomás Salazar representó a Huamantla en el “Primer Encuentro de la Hermandad” entre New Haven, Connecticut, Estados Unidos y Tlaxcala, llevando sus creaciones a una audiencia internacional.
Para aquellos interesados en conocer más sobre el trabajo del maestro Tomás Isaac Salazar y su legado familiar, pueden visitar su página de Facebook como “Isaac Dinastía De Alfombristas Salazar de Huamantla” y seguirlo en Instagram como “salazardinastia.”
La tradición de las alfombras de Huamantla sigue siendo un tributo a la fe, la comunidad y la creatividad. Cada año, este arte efímero continúa cautivando a los visitantes y demostrando que la devoción y la tradición son elementos vivos en el tejido cultural de Huamantla.