Por Rony Morales/PrensaComunitaria
20 de julio del 2019
Las plantaciones de palma de aceite en las comunidades “Prado” y “Sonora” en la microrregión 5 del municipio del Ixcán, Quiché, en el norte de Guatemala ocupan un área equivalente a la tierra de cultivo de más de 2 mil agricultores. En su mayoría, son tierras de campesinos donde se reportan desplazamientos forzados de comunidades y pueblos indígenas.
Por medio de encuentros, intercambios y asambleas entre comunitarias sabemos que el 14% de las tierras agrícolas de Guatemala se encuentran ocupadas por el monocultivo de palma. A través de esta forma de compartir conocimiento también sabemos que la extensión de los terrenos dedicados a esta actividad creció en un 270%, en una década. Esto ha provocado la falta de producción de alimentos en las comunidades mencionadas.
Además, el intercambio de información permitió saber que en 160 mil hectáreas de tierra se siembran alrededor de 545,000 toneladas de plantas de palma de aceite, distribuidas en los departamentos de Petén, Izabal, Alta Verapaz, Quiché, Escuintla, Suchitepéquez, Quetzaltenango, San Marcos y Retalhuleu.
En uno de estos encuentros, las comunidades del Prado y Sonora compartieron su experiencia sobre como les ha afectado la siembra de la palma de aceite. Mostraron fotografías y videos para que se conozca la perdida pérdida de sus cultivos de maíz, frijol y otros vegetales. Los representantes dijeron que están sufriendo un fuerte impacto, al grado que este año su producción estará debajo de los niveles de normales de su producción.
La siembra extensiva de palma de aceite, provoca la desaparición de varias especies animales, eliminan corredores naturales, aíslan poblaciones indígenas. También, el uso indiscriminado de pesticidas, de trampas y vallas afecta a todos: agricultores, pequeños ganaderos, los ríos.
Los representantes de las comunidades exigen que se tomen en cuenta las denuncias planteadas ante el Ministerio Publico (MP). También solicitaron que se dé seguimiento a los casos donde las empresas palmeras están acusadas de violar derechos elementales de la población de las áreas afectadas.