“Me van a desaparecer. Ya ni modos”, pensó Braulio Gómez Gómez cuando unos policías municipales lo subieron a una camioneta. Lo golpearon, lo bajaron en la Comandancia Municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán (Chiapas), lo pusieron frente a la pared y le dieron toques eléctricos. Se quedó varias horas en una celda sin recibir atención medica.
Braulio Gómez es indígena tzotzil e integrante de la organización de derechos humanos Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH). Aquel día, 24 junio de 2014, había acudido a una cita con Enoc Díaz Pérez, ex Presidente Municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán, para negociar un problema de pavimentación de calles.
Llegando a la comunidad de Arroyo Grande fue encañonado por unos doce militares. -“Este es el hijo de su puta madre que me está quebrando la madre”, gritó Enoc Díaz Pérez al acercarse. Braulio le dijo que no estaba buscando problemas, sino que quería solucionarlos. -“Acá me vale madre, soy el Presidente Municipal y yo mando”, le contestó antes de hacerlo golpear y trasladarlo a la Comandancia.
A lado del ex edil perredista estaban también unos civiles armados. “Los consideramos como grupos paramilitares porque están financiados por el Presidente Municipal. Cuentan con buenas armas y chalecos antibalas”, afirma Braulio Gómez.
De acuerdo con el defensor de derechos humanos, Enoc Díaz Pérez y los alcaldes que le sucedieron controlan dos grupos que se repartieron el Municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán: “Los Panchos”, que siembran el terror en la comunidad de Rincón Chamula, y, “Los Diablos”, que operan en Aurora Ermita.
En esta zona pudimos recolectar varias denuncias de pobladores, que prefirieron quedar anónimos, por miedo a las represalias. Afirman que los grupos armados cobran derecho de piso y ponen retenes en las carreteras, obligándolos a pagar hasta 50 pesos cada vez que quieren pasar, “aunque sea sólo para ir a la tienda”. Relatan que en sus comunidades se escuchan ráfagas de cuernos de chivo a todas horas del día y que estos criminales pasan en caravanas, con sus carros, disparando al aire. Ya a las 5 de la tarde –dicen- mucha gente no sale de su casa.
De acuerdo con la LIMEDDH, son unas 200 las personas desplazadas de Aurora Ermita. Es el caso de “Humberto” (su nombre real es omitido por razones de seguridad de la fuente) a quien entrevistamos ocultos en un carro estacionado en la orilla de la carretera.
“Los Diablos mataron a mi hermano y a mi sobrino. Escuchamos pláticas de que nos iban a matar también y nos salimos toda la familia de Aurora Ermita, así, de la noche a la mañana. A muchos de ellos los conozco desde que son chicos”, cuenta el hombre, que se dejó atrás más de cien cabezas de ganado y miles de matas de café. Los Diablos se quedaron con toda sus pertenencias.
“Humberto” llegó a la cabecera municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán el 5 de enero de 2014 con su mujer, sus ocho hijos y la familia de un hermano. Tuvieron que empezar una nueva vida en este poblado de casas de bloques, sin trabajo, ni dinero. Una nueva vida donde hasta la leña hay que pagarla. “Nunca más regresé a mi casa”, dice “Humberto”. “Hay momentos en que me pongo a pensar en cuando estaba allá, tranquilo, cosechando mi café. Entonces me pongo triste”.
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Las grabaciones de las cámaras de seguridad del Siempre Verde, un restaurante campestre hundido en el bosque que orilla la carretera entre Jitotol y Pueblo Nuevo Solistahuacán, marcaron la vida de varias personas. Las cintas, fechadas el 23 de diciembre de 2014, muestran cinco camionetas entrando al patio del restaurante y a unos hombres vestidos de civil, armados y con chalecos antibalas bajando de ellas. Entre ellos se encontraba Enoc Díaz Pérez, ex alcalde de Pueblo Nuevo Solistahuacán y hoy candidato a la Presidencia Municipal para el partido Mover a Chiapas, quien respalda abiertamente la candidatura de AMLO.
“Agarren y golpeen a este cabrón y me lo llevan a la cárcel inmediatamente”, dijo a sus hombres señalando a Edgar Fonseca, el dueño del restaurante, acusado de haber repartido por el pueblo una columna del periódico La Voz del Sureste, que denunciaba la relación de Enoc Díaz Pérez con Los Diablos.
No era la primera vez que su nombre acababa en los titulares de los periódicos. En 2008, el ex alcalde fue detenido por haber presuntamente emboscado y asesinado a tres policías. Pero fue sólo más tarde, en noviembre de 2013, que Enoc Díaz Pérez se hizo famoso al arrestar a un grupo de niños que habían salido a pedir “calaveritas”, actividad que él mismo había prohibido.
Gracias a las grabaciones del restaurante Siempre Verde, en enero de 2015 el ex alcalde fue desaforado y luego detenido en la cárcel del Amate por asociación delictuosa, privación ilegal de la libertad y abuso de autoridad. “El Gobierno de Chiapas actuará de manera muy firme para que se aplique la ley y sobretodo para que no haya impunidad”, aseguró el entonces Secretario General de Gobierno de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, hoy candidato de MORENA a senador de la República.
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El 1 de julio de 2012, la plaza de la iglesia de San Pedro, en la comunidad de Rincón Chamula (Municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán), estaba llena de gente haciendo fila para votar. De repente aparecieron seis camionetas blancas, de las que bajaron unas cien personas armadas con R15 y cuernos de chivo. Mataron a quemarropa a tres priistas, todos de la misma familia. Al hacer las maniobras para huir, un carro de los atacantes atropelló a una mujer embarazada, que perdió su bebé y quedó paralítica. Según testigos, cuando empezó la balacera la Policía Sectorial se alejó del lugar.
“Los que dispararon eran los güaruras del entonces Presidente Municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán, Pedro Bautista Aguilar (originario de Rincón Chamula) y de su sobrino Mateo Hernández Bautista. Ellos son los que mandan en el pueblo”, afirman los pobladores de Rincón Chamula.
Bautista había sido elegido como candidato del PRD y se encontraba con este mismo grupo armado cuando, tres meses antes de la matanza, fue arrestado por el ejército por posesión de droga y de armas. Y este mismo grupo armado estaba cuidando su casa unos días antes de las elecciones, cuando el pueblo explotó.
Aquel día, “la gente se hartó y se unió para quemar la casa de Pedro Bautista”, recuerdan los pobladores, una mansión de tres plantas en un Municipio donde el 90.2% de la población vive en situación de pobreza y el 54.3% en pobreza extrema. “Llegaron hasta niños de 5 años, se pusieron en frente de los demás y ellos también tiraron el fuego. Es que psicológicamente nuestros niños ya están acostumbrados a la violencia”.
Una vez tomada la casa de Bautista llegó la Policía Preventiva, disparó para que la gente se dispersara y sacó a Bautista. “Lo llevaron a San Juan Chamula donde se escondió, pues allí no entra nadie”.
Tras la masacre de 2012, el Congreso de Chiapas separó a Pedro Bautista de su cargo para que la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas (PGJE) iniciara una investigación en su contra, sin embargo, “en lugar de ponerlo en “el bote” -forma coloquial de llamar a la cárcel- le dieron trabajo como delegado de gobierno en San Juan Chamula”, afirman los pobladores.
En abril de 2017, Eduardo Ramírez Aguilar – ex líder del PVEM, ex Secretario General de Gobierno de Chiapas y hoy candidato a senador de la República por MORENA – presentó ante el congreso local una iniciativa de Decreto de Ley de Municipalización que fue aprobada en agosto, reformando el art. 2 de la Constitución chiapaneca. Paralelamente se creó el nuevo Municipio de Rincón Chamula y se establece que se gobernará por usos y costumbres y se prevé que el Congreso del Estado nombre al Consejo Municipal y decida durante cuanto tiempo gobernará.
El 23 de noviembre de 2017, Bautista tomó protesta como alcalde concejal de Rincón Chamula. Después de unas semanas Eduardo Ramírez Aguilar y el Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, viajaron hasta el municipio recién formado para encontrarlo y vestidos con el traje de los tzotziles de Chamula, entregarle el acta del Congreso local que oficializa su creación.