Reporte: Karen Castillo / @karencitatacha
En medio de toda la gente – los curiosos, los reporteros y reporteras, la policía abriendo paso, y las personas de organizaciones aliadas- me encontré frente a frente con un integrante del Comando Palomitas.
Ya había leído yo en el último comunicado de la ferocidad de esta unidad de élite del ezetaelene.
Decidí acercarme con cuidado.
Nos quedamos viendo el uno al otro, cada uno sosteniendo su arma.
Mi arma:una cámara negra digital. Su arma: una cámara pequeña amarilla con azul.
Subí mi arma yo primero, entonces él subió la suya.
Nos quedamos quietos… apuntamos, y disparamos: CLICK !
Bajamos nuestras arma y entonces, nos reímos.
Otra vez subió su arma, yo la mía, y por segunda vez, disparamos: CLICK !
Nos volvimos a reír.
Me acerque cautelosamente, recordando que en el Comando Palomitas hay moto–sierristas.
Ya estando más cerquita le enseñe la foto que yo había tomado: él muy firme apuntando hacia mi con su sonrisa bajo el cubrebocas.
Él me mostró la foto que tomó: yo sosteniendo la cámara mientras me río.
Intercambiamos información sobre nuestras respectivas armas: de dónde tomaba cada uno la foto, cómo se apuntaba y CLICK ! Tomamos unas cuantos fotos, reímos toda vía más y después, nos despedimos.
Yo me fuí confirmando que el Comando Palomitas va listo para invadir y transformar las Eruopas, ¿por qué conformarse con hacer travesuras y estropicios en un caracol, si puedes destruir todo un continente?”.
