El dolor persiste: Familias exigen respuestas y justicia tras el hallazgo de más restos óseos en Tlapa, Guerrero.
Por Redacción / @Somoselmedio
Tlapa, Guerrero. Durante las excavaciones realizadas el jueves y viernes de esta semana en la colonia Rancho Viejo, Tlapa, Guerrero, los equipos de búsqueda descubrieron más restos óseos en los cerros de esta localidad. Los hallazgos, que ascienden a más de 12 restos humanos, resaltan la escalofriante realidad de la violencia perpetrada por los grupos de la delincuencia organizada en la zona.
Los peritos de la Fiscalía General del estado exhibieron los restos óseos encontrados a las familias, quienes se mostraron descontentas ante la falta de respuestas claras sobre los estudios de genética para su identificación. Aunque las autoridades aseguraron que se llevarán a cabo los análisis correspondientes, las familias demandaron una mayor agilidad en el proceso y reclamaron la ausencia de confrontaciones para determinar si alguno de los restos pertenece a sus seres queridos desaparecidos.
La Fiscalía Regional de Tlapa se hizo presente en el lugar de los hallazgos y, en un intento por mostrar empatía hacia las familias, su titular declaró: “No están solos, ustedes vieron que todo el día estuvimos trabajando, las puertas de la Fiscalía están abiertas”. Además, se informó que se ha iniciado una carpeta de investigación en relación con los restos óseos encontrados.
Sin embargo, la frustración e incertidumbre continúan plagando a las familias afectadas, quienes han esperado durante más de cinco años por respuestas concretas. Criticaron a las autoridades por su falta de interés, ya que desde que denunciaron la desaparición de sus seres queridos, nunca se activaron las alertas ni se emprendieron acciones de búsqueda. En lugar de recibir apoyo, enfrentaron obstáculos burocráticos y un trato despectivo por parte de las autoridades, incluso teniendo que pagar por copias de documentos.
Ante la falta de respuesta de las instituciones locales y estatales, las familias se vieron obligadas a iniciar las búsquedas por su cuenta, pese al temor de ser víctimas de desaparición ellos mismos. Algunas de estas familias fueron amenazadas, pero su determinación y esperanza de encontrar a sus seres queridos superaron los obstáculos.
Doña Susana, una integrante del Colectivo Luciérnaga, busca a su esposo desde el 24 de junio del 2017, el día de mañana se cumplirán cinco años desde que fue desaparecido. En seis años las autoridades no han hecho nada. Le preocupa que el proceso de identificación de los restos que se encontraron en esta jornada se tarde o que ni siquiera sean notificados como ha ocurrido en otras ocasiones. El temor es legítimo porque de los 8 cuerpos y 70 restos humanos que se han encontrado en siete búsquedas no saben de algún resultado. Este es un reclamo que comparten todas las familias indígenas olvidadas en estas tierras de muerte.
La creación del Colectivo Luciérnaga hace cuatro años marcó un punto de inflexión en las búsquedas en la zona. Desde entonces, se han llevado a cabo siete operativos de búsqueda, siendo el realizado este viernes el octavo. Los resultados de estos esfuerzos oscilan entre el dolor y la esperanza, con lágrimas que fluyen ante la impotencia de desconocer el paradero de los desaparecidos.
Cada palada en el suelo fue acompañada por la atención expectante de las familias, quienes se preguntaban por qué existe tanta maldad y violencia en su comunidad. A pesar del ardiente sol que los acompañaba, las interrogantes persistían mientras los peritos interrumpían brevemente los trabajos.