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Huelga de hambre. Cuando el cuerpo se insubordina contra el abuso en la UAM

Foto: Ricardo Ortiz

Por Enrique G. Gallegos
Profesor UAM-C

I

El cuerpo. La política de los cuerpos. Los cuerpos se politizan, ¿por qué se politizan?

¿En qué se convierte un cuerpo cuando decide voluntariamente dejar de ingerir alimentos?

¿Cuándo el cuerpo decide insubordinarse?

¿Cómo resuelve el cuerpo echarse para adelante con indignación y oponerse al autoritarismo y otras formas modernas de desprecio al otro?

¿En qué se transforma un cuerpo que comienza a autodevorarse como una forma de resistencia?

¿En qué se sostiene un cuerpo que percibe cómo su masa corporal disminuye?

Los cuerpos se insubordinan. Contra las diferentes formas de violencia y abuso. Se insubordinan contra el maltrato, la violencia, la explotación, la barbarie, la violencia patriarcal, la precarización. Son los cuerpos los que se insubordinan y nos cohesionan en sus luchas. No llaman a construir un ethos de resistencia y transformación a su alrededor. Los jóvenes chilenos contra el neoliberalismo encaran con sus cuerpos desnudos las balas de los represores. Más de 200 personas fueron lesionadas en los ojos por las balas. Ojos que ya no ven. Los carteles le recuerdan al represor, “Piñera, devuélvenos nuestro ojos”. Las feministas arrojan sus cuerpas contra años de violencia y feminicidio. Se cubren el rostro no por temor sino para intensificar la presencia de sus cuerpas rebeldes.

Siempre que existen insubordinaciones, invariablemente se trata de los cuerpos (diría un clásico de la filosofía). Cuerpos que luchan, cuerpos que se amotinan, cuerpos que resisten. Cuerpos políticos.

Veo a Edur Velasco y veo el cuerpo de Edur Velasco. Veo la huelga, pero no veo el hambre que hurga en sus grasas y se atrinchera en ellas como militante.

El cuerpo de Edur Velasco es de mediana estatura: 1.74 metros. A sus 65 años carga con una huelga de hambre realizada en 2011: en aquella ocasión fueron 42 días de huelga.

El 5 de febrero de este año comenzó otra huelga de hambre. Edur Velasco es profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desde hace aproximadamente 40 años. Una huelga de hambre que la instaló en las afueras del Palacio Legislativo y el próximo jueves la llevará al interior de la Unidad Azcapotzalco de la UAM.

¿Por qué se insubordina nuevamente el cuerpo de Edur Velasco? Porque el cuerpo de las y los trabajadores ha sido maltratado. Las y los trabadores son un cuerpo que hace que otro cuerpo funcione: la universidad. La universidad necesita a sus trabajadores: son la fuerza que la hace funcionar, la pone en movimiento y hace que se sostenga su materialidad. También necesita a sus profesores temporales. Pero los necesita con sueldos dignos y un trato humano. Pero otro organismo los aplasta, sofoca y violenta: el cuerpo del poder, la denominada “casta dorada”, los “nuevos ricos”, los funcionarios y administradores que manejan la universidad como si fuera su patrimonio y la someten a sus privilegios y sus prácticas antidemocráticas y abusivas.

Al defender a las y los trabadores administrativos y profesores temporales, la huelga de Edur es en defensa de la UAM. Porque la UAM es Juan el jardinero; Luis, el electricista. José, el vigilante del turno nocturno; Rosa, la secretaría; Antonio, el profesor temporal que lleva 3 años sin estabilidad y seguridad laboral; María, la auxiliar de limpieza. María, a quien le ofrecieron los funcionarios de la UAM, 58 centavos de mejora salarial. Ni para un boleto de metro. Por todos ellos y los estudiantes (que son la razón de ser de la UAM) es que el cuerpo de Edur está en huelga de hambre

El cuerpo de Edur hoy cumple 8 días en huelga de hambre y nos duele.

II

Algo de historia.

La UAM es una universidad pública fundada en 1974 en el contexto de las luchas sociales, políticas y culturales que culminaron en el 68. En cierto sentido, en sus cimientos hay sangre de los estudiantes masacrados. Por eso, la UAM estuvo marcada por cierta sensibilidad política y respeto a la humanidad del otro. El lema de la “casa abierta al tiempo” es en esencia una rúbrica que parte del respeto a la humanidad del otro; otro sintiente y que tiene rostro. Pero un día llegaron los hijos del priismo y del panismo. Sus nombres y apellidos todos lo conocen. Algunos de ellos son juniors, hijos de fundadores o grandes profesores de la universidad, otros vienen de universidades privadas, otros son émulos de empresarios, discípulos de priistas o aprendices de emprendedores. No forman un grupo compacto, pero sus altos sueldos y privilegios les han constituido en una “clase social-universitaria” que ha crecido al amparo de la autonomía universitaria. Defienden la autonomía universitaria porque defienden sus altos sueldos, prebendas y privilegios. Han aplicado el mismo modus operandi del priismo: cada cuatro años se viene la “grande”: afinan sus estrategias, sus componendas e inconfesadas alianzas. Tómese la trayectoria del rector general o de cualquier rector de unidad y observará el mismo patrón: el disciplinamiento hacia arriba, las alianzas inconfesadas y el cínico contubernio. “Te apoyo y me apoyas”, “te doy y me das esta posición”, “ahora vas tú, y luego yo”. Priismo reloded, repotenciado, porque no hay controles, supervisión, sanos equilibrios, mecanismos de moderación y pudor universitario: son prácticas abusivas al amparo de la autonomía universitaria. El caminito está trazado: el director de división quiere ser rector de unidad; el rector de unidad (o secretario general), rector general; y el rector general, saltar a la “grande. La infama corona que ostentan es la réplica de la practica más nítidamente priista: así como los ex presidentes recibían un sueldo vitalicio después de dejar el cargo (ante de su prohibición por AMLO), los altos funcionarios de la UAM también reciben su sueldo durante dos años después de que dejan el cargo. Todo bajo la sacrosanta ley de la autonomía universitaria.

Las altas esferas del poder de la UAM se lleno de derechosos, aunque en la fachada y en sus investigaciones se dicen de izquierda. Hay humanistas derechosos, abogados derechosos, administradores derechosos, ingenieros derechosos, biólogos derechosos, químicos derechosos, filósofos derechosos. La mayoría son doctores, pero también hay maestros y licenciados. Es una generación de políticos que tiene controlada la UAM desde poco menos de 20 años y aunque existen diferencias entre ellos, tienen dos preocupaciones: la soberana defensa de sus altos salarios, prebendas y un peculiar desprecio de clase a los trabajadores administrativos. Los consideran un estorbo. “Son el enemigo”, vociferó el Rector General una tarde de abril del 2019 en el zócalo de la Ciudad de México. Y casi todos los funcionarios (que nominalmente desempeñan tareas desconcentradas y con relativa independencia): rectores de unidad, directores, coordinadores y jefes repitieron, en los hechos ese calificativo. Acosan a los trabajadores, les levantan actas, los espían, los arrinconan, les arrojan sospechas y los hacen sentir “caducos”. Para la clase del funcionariato, son el enemigo. Pareciera que entre más suben en los escalones del poder universitario, más deben maltratar a las y los trabajadores y acercarse a los prácticas neofascistas reintroducidas por el neoliberalismo.

III

Es sabido que en el neoliberalismo los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. Según Oxfam, en 2016 “el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta”. Las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 44%, mientras que la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se desplomo un 41%.

Es un modelo neoliberal que ha sido replicado fielmente en la UAM. Corrijo: no fiel, sino ideológicamente. Como diría Aboites, es un modelo que se ha expresado en que exista “una distancia de 20 veces entre el ingreso más bajo y el más alto, cuando antes de la era neoliberal era de seis”. Los sueldos de los funcionarios y administradores de la UAM oscilan entre 80 mil y más de 150 mil pesos al mes. Además, exigen celulares, gastos de representación, chóferes, pizzas y una cohorte de aduladores. A la derecha neoliberal que controla la UAM desde hace aproximadamente 20 años, les parece lo más normal que existan esas diferencias salariales. Querrían normalizarlas y hacer de ellas leyes físicas. No es casualidad que mientras sus sueldos y privilegios se han disparado, los aumentos que han ofrecido a las y los trabajadores sea miserables.

En 2011, a las y los trabajadores les dieron un aumento del 3.9%.
En 2012, del 3.8%.
En 2013, del 3.9%.
En 2014, del 3.5 %.
En 2015, del 3.4%.
En 2016, del 3.5 %.
En 2017, del 3.8%

La mejora salarial para el 2019 era una propuesta cínica: 52 centavos al día para auxiliares de limpieza (y algo similar para el resto de los puestos). Ni para un boleto de metro. Este año 2020 les dieron un aumento de 3.4 % y un 1% de aumento al tabulador. Por supuesto, por aquí y por allá arrojan morrallas, aumentos de vale de despensa, mínimas retabulaciones, etc., pero ninguna significativa porque se sigue manteniendo la política de contención salarial y que no compensa al perdida histórica del salario.

IV

¿Las razones de la huelga de hambre de Edur Velasco?:

“1. La huelga de hambre exige que las autoridades de la UAM cumplan con los acuerdos de la huelga de 2019, donde se acordó con el sindicato mejorar los salarios de los trabajadores administrativos para combatir el rezago salarial y para los académicos dar certidumbre en sus ingresos de tal forma que algunas de sus becas pasen a formar parte del salario base.
“2. Que la administración de la UAM cese de violar los derechos laborales de los profesores temporales de la institución. Nos oponemos a la precarización del trabajo académico.
“3. Exigimos que las autoridades de la UAM no continúen manejando discrecionalmente los recursos de la Universidad, pedimos que exista transparencia y rendición de cuentas de los recursos que otorga la federación. Demandamos que las autoridades de nuestra institución reduzcan sus altos salarios.
“4. Establecer el compromiso de efectuar un Congreso Universitario en la UAM donde participen las y los estudiante, así como los trabajadores universitarios con la finalidad de modificar la estructura anquilosada que por ahora tiene nuestra institución. Debemos instalar la democracia en la UAM.”

V

¿Cómo combatimos a los neoliberales que tienen el control de la UAM?, ¿cómo evitamos que sigan desmantelando el modelo humanista, crítico y socialmente comprometido de la UAM?, ¿cómo evitamos que continúen desregularizando el trabajo? Democratizándola. Edur Velasco lo sabe y por eso propone la reforma a la Ley Orgánica de la UAM. Aquí una mínima agenda:

1. En necesario que la UAM repotencie su fuerza y ethos acudiendo a las bases trabajadoras, a los profesores y estudiantes; para ello, se debe eliminar el rasgo antidemocrático y oligárquico de la Junta Directiva que elige a los rectores e introducir la elección directa por parte de la comunidad universitaria y explorar las formas electivas del sorteo para algunos cargos.
2. Eliminar los cargos de rectores de unidad y dejar a los secretarios de unidad como gestores de las actividades administrativas (el que la Unidad Azcapotzalco haya funcionado sin rector durante casi dos años es una muestra de que es posible).
3. Aligerar la pesada burocracia y reducir al mínimo los funcionarios de confianza. ¿Acaso no es una anomalía que exista por cada dos profesores casi un empleado de confianza y una bolsa de alrededor de 160 millones de pesos para sus estímulos?
4. Proceder a la basificación de los cerca de 700 profesores temporales precarizados.
5. Se debe dar un aumento salarial significativo a las y los trabajadores administrativos y profesores temporales precarizados y elaborar un programa real y efectivo de mejora salarial que compense la caída histórica de sus salarios. Eso implica como medida complementaria la reducción de los altos salarios de los funcionarios y redireccionar el presupuesto.
6. Se debe poner en el centro de las actividades sustantivas de la UAM el respeto al trabajo administrativo y al Contrato Colectivo de Trabajo.
7. Integrar paulatinamente las becas y estímulos al salario de los profesores de tiempo completo, para evitar los dispositivos que fomentan el productivismo y el individualismo.
8. Parte fundamental de esto es que las y los trabajadores agremiados al SITUAM comprendan que el modelo neoliberal pone en riesgo su misma sobrevivencia y que deben dejar de lado las divisiones internas y pasar a la lucha frontal para defender el Contrato Colectivo de Trabajo.
9. Pero poco de lo anterior tiene sentido si las y los estudiantes no se involucran y comprenden que el desmantelamiento del modelo humanista, crítico y socialmente comprometido de la UAM y la desregularizando el trabajo también los afecta.

1 COMMENT

  1. Con la reducción de los altos salarios de los funcionarios de las 6 rectorías de la UAM y redireccionando el presupuesto, seguro alcanzaría para todas las demandas expuestas del Dr. Edur. ¡Ánimo! la lucha sigue y con unidad, venceremos.

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