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Imprudencia presidencial

Foto: López Obrador

Por Max González Reyes

En nuestro país, durante el periodo de la hegemonía partidista, el anuncio de la integración del gabinete se daba el mismo día de la toma de posesión del presidente. Esa regla no escrita dentro del sistema político mexicano se rompió en el periodo de transición democrática. Como se recordará el actual presidente Andrés Manuel López Obrador anunció con meses de anticipación a los integrantes de su equipo más cercano. Aunque a lo largo de la historia de México han existido casos en que se designan a funcionarios que no tienen vinculación con el despacho asignado, la generalidad es que el secretario de cierto ramo tenga un conocimiento del área que se le encarga. Las designaciones de los integrantes del gabinete es facultad del ejecutivo. Para ello, el Presidente de la República recurre a sus allegados para designar a la persona responsable de cada despacho.

Sin embargo, en las conferencias mañaneras el presidente acapara toda la atención dejando la función de sus secretarios en segundo término. Muchos de ellos sólo asisten para complementar lo que dice o anuncia el ejecutivo. Incluso el mandatario se involucra en asuntos que correspondería informar a diversas dependencias no sólo respecto a anuncios oficiales sino en sus funciones.

Esta situación fue evidente en el documento mediante el cual el gobierno de México respondió al posicionamiento del Parlamento Europeo. Este organismo internacional pidió a las autoridades mexicanas que garanticen la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos. Los eurodiputados señalaron que “México es desde hace mucho tiempo el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra”. Recordaron que desde principios de 2022 han sido asesinados siete periodistas. De igual forma, resaltaron que la situación se ha deteriorado desde las últimas elecciones presidenciales de julio de 2018, pues al menos 47 periodistas han sido asesinados desde entonces y a ello se suma un problema endémico de impunidad, ya que alrededor del 95 por ciento de los asesinatos de periodistas permanecen impunes.

Ante estas afirmaciones, el gobierno mexicano emitió un comunicado en el que invitó a los eurodiputados a que “evolucionen, dejen atrás su manía injerencista disfrazada de buenas intenciones. Ustedes no son el gobierno mundial”. En el oficio el gobierno mexicano señaló que “es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación, impulsada por millones de mexicanos para enfrentar la monstruosa desigualdad y la violencia heredada por la política económica neoliberal que durante 36 años se impuso en nuestro país”. El comunicado que emitió la Presidencia de la República precisó a los funcionarios europeos que “México ha dejado de ser tierra de conquista”. Destacó que “el Estado no viola los derechos humanos como sucedía en gobiernos anteriores, cuando ustedes, por cierto, guardaron silencio cómplice… México es un país pacifista que ha optado por la no violencia y somos partidarios del diálogo, no de la guerra; no enviamos armas a ningún país bajo ninguna circunstancia, como ustedes lo están haciendo ahora”.

La respuesta sorprendió a más de uno, pues no es el tono diplomático que se espera en este tipo de respuestas. Además, quien debió responder al documento del Parlamento Europeo, debió ser la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) pues es su área de jurisdicción.

Pero lo que más sorprendió fue que al siguiente día de hacerse pública la respuesta, en su conferencia mañanera, el presidente admitió que él, junto con el encargado de la Comunicación Social del Gobierno de la República, Jesús Ramírez Cuevas, redactó la carta de respuesta. En esa mañanera llevada a cabo en Chiapas, el mandatario dijo que su administración no puede permitir que los eurodiputados “nos falten al respeto”. El presidente precisó que redactó la respuesta en el transcurso del viaje que hizo de la Ciudad de México a Chiapas.

Otra de las injerencias del ejecutivo en áreas que corresponde hacer público a otras instancias fue el anuncio que hizo el pasado 24 de marzo de 2022 respecto a que la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) había decidido aumentar la tasa de interés en el país en 50 puntos base, fijándola en 6.5. Según diversos medios, López Obrador se adelantó al informe. Sin embargo, el Presidente aprovechó para celebrar que México tenga una inflación menor que Estados Unidos, lo cual, según el mandatario, se debe a la capacidad para controlar los precios de los combustibles.

Este anuncio provocó que se alteraran los mercados, pues se tenía previsto que el anuncio lo hicieran funcionarios del Banco de México en la Convención Bancaria que se llevó a cabo en Acapulco, ese mismo día por la tarde-noche. El mismo presidente se percató de lo que había provocado su anuncio y en ese evento ofreció una disculpa por adelantarse y hacer pública la decisión de un organismo autónomo.

Más allá de que pudo haber violado la ley, el adelanto del presidente refleja que él quiere abarcarlo todo. No importa que sea competencia de una secretaría o un órgano autónomo, el presidente, por el mero hecho de serlo, habla y dice.

Todo lo anterior refleja que en sus mañaneras el Ejecutivo es dueño de la escena; habla, dice, anuncia, descalifica, ordena, recomienda, da lecciones de historia, etc, etc. Sin embargo, debería caber más prudencia en el presidente pues lo que dice tiene eco en todos los aspectos de la vida política. Sus opiniones no son las de un actor cualquiera, sino del presidente de la nación. Mas allá de ello, su deber es dejar que cada instancia haga lo que le corresponde. Ojalá y él lo entienda.

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