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Juan José, dramaturgo cubano

Juan José

En teatro como en todo podemos crear en Cuba”, José Martí

Por Humberto Robles / @H_Robles

Hace poco tuve la fortuna de leer seis obras del dramaturgo, actor, crítico, poeta, ensayista, profesor universitario y asesor teatral cubano Juan José Chacón Herrera, mejor conocido como Juan José Jordán (Chambas, Ciego de Ávila, Cuba, 1959).

Jordán es licenciado en Historia y en Filología, egresado de la Universidad de La Habana, tiene un máster en Didáctica de las Humanidades, y estudió guionismo en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Es miembro de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), de la UNHIC (Unión de Historiadores de Cuba) y fundó los Talleres Literarios de Cuba.

Ha recibido varios premios, como el de Ensayo Viaje a la URSS en 1983, auspiciado por el Komsomol Leninista; por su obra “Cuando los muertos hablan” resultó finalista del concurso de Dramaturgia Virgilio Piñera en 2006, y por su obra “Oda por la luz” obtuvo el Premio Pinos Nuevos de Teatro, en 2010. De igual modo, en 2019 obtuvo el premio Rubén Martínez Villena por su poemario “Caminantes de las sombras”.

Como teatrista ha colaborado con el Teatro Hubert de Blanck, Teatro de Bolsillo, Estudio Teatral Buendía, Teatro Cimarrón, Teatro del Caballero y con la Compañía Teatral Rita Montaner, y sus obras son estudiadas por investigadores del Instituto de Literatura y Lingüística José Antonio Portuondo Valdor de La Habana.

Hablamos de un hombre con una vasta cultura, la cual se observa en cada uno de sus textos y los temas que aborda. Es así como, en “Russian Brindis”, el dramaturgo lleva a cabo un homenaje a Fiodor Dostoievski y a su novela “Crimen y castigo”, donde sus personajes evocan y son reflejo del asesino Raskólnikov, la prostituta Sonia y la vieja usurera Aliona Ivánovna. De forma contemporánea y teatral, los personajes también expresan orientaciones sexuales no convencionales y recrean el libro ruso con un sabor actual y muy cubano, que a la vez es universal. Gracias a la publicación de la Editorial Unicornio, la obra estuvo en la Feria Internacional del Libro de La Habana y fue editada en versión digital por el Celcit (Centro Internacional Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, de Buenos Aires, Argentina), en 2019. En el 2021, la obra fue publicada por Primigenios y estuvo presente en la IV Feria Latinoamericana del Libro de Cartagena de Indias, Colombia.

Su texto “Cuando los muertos hablan”, además de ser finalista del Concurso Virgilio Piñera, fue publicada por Editorial Unicornio en 2006, y por la Casa Editorial Tablas-Alarcos, 2008. Posteriormente, fue llevada a escena por Teatro Primero en 2012, premiada en el Festival Máscaras de Caoba, y en el 2018 fue publicado y premiado el ensayo de Marivel Hernández “Pedro Páramo y la obra teatral de Juan José Jordán Cuando los muertos hablan” en la revista Espacio Laical. En esta pieza, Jordán realiza otro homenaje, esta vez a “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, novela que conoce perfectamente y por eso se da el lujo de jugar con la intertextualidad y con sus personajes fantasmagóricos quienes aparecen en un Día de Muertos, esa festividad tan mexicana donde abundan las calaveras y las flores de cempasúchitl.

Prosiguiendo con temas y personajes históricos, en la pieza “Yo, Isabel de Castilla”, el escritor toma de pretexto a los reyes católicos Isabel y Fernando para hablar de la muerte, la monarquía y el éxodo, esto en un ambiente onírico, donde la locura también es una constante. Sus personajes son y nos son los reyes católicos, se confunde la realidad con la ficción y al final pueden ser solamente dos personajes en una terminal aérea cuestionándose a sí mismos y por ende, haciéndonos cuestionar a nosotros como espectadores.

Su obra “Tula, Tórtola y Becerro” fue llevada a escena en el 2014 por la Compañía Teatral Rita Montaner y fue seleccionada para participar en la Feria Habanarte. Aquí, Jordán trae a la escena a la escritora cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, también conocida como Tula, Carcajada o Amadora del Monte, quien interactúa con otros compatriotas suyos como el apasionado Ignacio de Cepeda y Alcalde, el poeta Joaquín Lorenzo Luaces, el abolicionista José Jacinto Milanés, “El Cantor del Niágara” José María Heredia e incluso con la poetisa gallega Rosalía de Castro. En esta obra atemporal, Tula se enfrenta al juicio de su época y del actual, a los reproches de Madrid y de sus compatriotas, culminando en un homenaje a Tula la Magna y a esos autores cubanísimos.

En “María Luisa”, el autor ahonda en la vida de María Luisa Milanés, la infortunada poetisa cubana conocida también como Liana de Lux quien, tras una vida atormentada, se suicidó a los 26 años, legando al mundo su obra y lo que luego se consideraría todo un manifiesto feminista y libertario. Hay que decir que el texto está en proceso de edición por la editorial Primigenios, de Miami, Estados Unidos.

Por último, en la obra que obtuvo el Premio Pinos Nuevos en 2010, “Oda por la luz”, el escritor deja a de lado a los personajes históricos para adentrarse en un ambiente onírico y poético con personajes cotidianos, aparentemente comunes y corrientes, y aunque no se trata de una obra de suspenso, en esta tragedia íntima y familiar hay un misterioso crimen que busca ser esclarecido.

En las piezas tetarales de este dramaturgo no sobra ni falta nada; sus personajes son profundamente humanos y cuando aborda los históricos, lejos de recrearlos como simples piezas de museo, los muestra en toda su complejidad, presentándolos de carne y hueso, de una forma muy vigente, logrando que dialoguen con nosotros e incidan en nuestro presente. Asimismo, sus diálogos son precisos y con una poética propia, esto sin ser didácticos ni petulantes, y las sugerencias escenográficas y sonoras ayudan a complementar cada texto donde se habla de los grandes temas de la existencia humana.

Invito a las compañías teatrales a conocer la obra de este gran dramaturgo cubano, que es uno de los grandes de Nuestra América y merece ser representado en todos los teatros de nuestro continente y, sin duda, del mundo entero.

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