Por: Estudiantes del taller DocumentArte fotografía-UACM
Como estudiantes de fotografía y comunicación de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, nos dimos a la tarea de caminar la ciudad para narrar, desde nuestra mirada, cómo se vivió este día en diferentes barrios de nuestra urbe.
Este fenómeno astronómico se da aproximadamente cada 30 años en un mismo lugar y está acompañado de un suceso cultural en el que podemos observar cómo reacciona la sociedad, cuáles son sus diferentes prácticas culturales, cómo lo viven, qué significados le dan las personas en función de sus creencias, ideas e historia.
En la zona oriente de la alcaldía de Tlahuac, se organizó una feria con talleres de ajedrez, manualidades para crear tu propio cohete, juegos de mesa, y más. También participaron los Talleres de Pilares con presentaciones de baile a cargo de los niños, niñas y sus maestras. La UNAM y el IPN llevaron telescopios para que la comunidad tlahuaquense observara el eclipse. Cientos de personas llegaron a la plaza, a participar de esta verbena popular, había quienes llevaban sus lentes especiales para mirar el sol, quienes los armaron con cajas, quienes usaban caretas de soldador. Cuando el eclipse estaba en su máximo punto, las personas se prestaban y turnaban los lentes, las cajitas, los vidrios de soldadura… ¡Era una fiesta!
Amaneció gris, las nubes amenazaban con ocultar al sol y la luna, y sin embargo, desde muy temprano la gente comenzó a llegar al parque La Utopía Libertad en la alcaldía Iztapalapa, con la esperanza de presencial el fenómeno natural que se avecinaba.
En el Cerro de la Estrella niños, niñas, jóvenes, mujeres, hombres y personas de la tercera edad, se reunieron para maravillarse con el mágico eclipse.
En la zona arqueológica Fuego Nuevo del Cerro de la Estrella, se escuchaba el llamado de la caracola, el olor a copal y el sonido de los tambores, la ceremonia y los cantos prehispánicos que realizaban los danzantes, aglutinaban a los visitantes que ansiaban recibir la energía de los astros en comunión.
Colonias como la Portales en la Benito Juárez y el Zócalo capitalino no fueron la excepción y también se vistieron de fiesta. La mayoría de las personas intentaba capturar el momento haciendo uso de su creatividad por medio de sus dispositivos móviles con o sin un filtro adecuado para ello. Las miradas al cielo, acompañadas de expresiones de asombro fue la constante, algunos jóvenes usaban estrategias para poder observar, aunque fuera un pequeño momento, el paso de la luna entre el sol y la tierra, otros compartían su filtro para soldar y habían también quien transitaba por la plaza sin prestar mayor atención al fenómeno natural. A los alrededores las notas musicales provenientes de un escenario acompañaban al eclipse, pues se llevaban a cabo las actividades de la XXIII Feria Internacional del Libro del Zócalo de la ciudad.
En las Islas de Ciudad Universitaria, miles de personas sacrificaron algunas horas de sueño, de esas que solo puedes darte el gusto de tener los sábados, para hacer un “picnic bajo la sombra”. Los bailes prehispánicos, todo tipo de artefactos hechos a mano para ver el eclipse de forma segura, algunos que aprovecharon para sacar sus telescopios y por qué no, ganarse algunos pesos por mirar a través de ellos. Raspados para calmar el calor del día, conferencias, charlas, y mucha, mucha vida.
Aquí pues nuestro relato visual.
Cobertura en Bosque de Tlahuac: Elizabeth Rodríguez Giles, Karla Gómez Llanos y Jaime Arturo Salgado Díaz; Cerro de la Estrella: Arely Luisa; Las Islas, CU: Lucía Rosillo; Utopía Libertad: Anel Ramos, Mauricio Chavarria, Alejandra Torres; Zócalo: José Agustín Hernández Melchor; Zona Arqueológica Fuego Nuevo: Fabiola Yazmín Cruz de Jesús