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La Comisión Permanente

Por Max González Reyes

En México, el calendario legislativo está dividido en dos periodos ordinarios. El primero da inicio el 1 de septiembre y finaliza el 15 de diciembre; mientras que el segundo, comienza el primero de febrero y termina el 30 de abril. En los recesos, es decir, cuando no abarcan esas fechas, entra en funciones la Comisión Permanente. Esta instancia trabaja del 1ero. de mayo al 31 de agosto y del 16 de diciembre al 31 de enero.

La Comisión Permanente está compuesta por 37 legisladores de los cuales 19 son diputados y diputadas y 18 senadores y senadoras. Sus integrantes deben ser designados durante la última sesión de cada periodo ordinario, mediante voto que emitan los legisladores de las respectivas cámaras. Asimismo, dentro de los trabajos de la Comisión Permanente está desempeñar funciones políticas, jurídicas, administrativas y de control. Es necesario señalar que esta instancia no cuenta con facultades legislativas, por lo que no dictamina sobre iniciativas de ley o decreto. Entre sus funciones están: prestar su consentimiento para el uso de la Guardia Nacional, recibir, en su caso, la protesta del presidente de la República, así como recibir iniciativas de ley, observaciones a los proyectos de ley o decreto que envíe el Ejecutivo y proposiciones dirigidas a las cámaras para turnarlas a las comisiones de la respectiva cámara a la que vayan dirigidas.

Por lo que se desprende de los párrafos anteriores, la Comisión Permanente es un órgano básicamente político, pues sus funciones están muy limitadas. Es muy común en la práctica legislativa que durante las sesiones de esta instancia se traten temas de la coyuntura política del momento. Esto da pie al protagonismo de los integrantes de esa instancia. Así mismo, es frecuente que los designados en esta instancia sean los coordinadores parlamentarios de las distintas fracciones, y los legisladores, ya sea diputados y senadores, que con mayor frecuencia acaparan los reflectores en el quehacer legislativo.

En el actual receso legislativo, la Comisión Permanente se ha convertido en un escenario más de las disputas de los partidos políticos en el proceso electoral. Puesto que la Permanente se instaló en plena efervescencia del periodo de las campañas a la presidencia (el 30 de abril), los legisladores ocuparon todo mayo y junio para hacerle propaganda a sus respectivos candidatos. En las sesiones, dentro del rubro “Agenda Política”, no se tocó otro tema que no haya sido el electoral. Basta comprobarlo con los asuntos que tocaron en las primeras sesiones. En la sesión del 8 de mayo el tema fue “el Proceso Electoral”; el 15 de mayo se repitió “Proceso Electoral”; el 22 de mayo el tema fue “Las mentiras de la Candidata del PRIAN a la Presidencia de la República”; el 28 de mayo se tituló “Que nadie se quede sin votar, fuera máscaras”. El 6 de junio, una vez pasada la jornada electoral y con el conocimiento de que Claudia Sheinbaum había triunfado el domingo 2 de junio, el tema de Agenda Política fue “Claudia Sheinbaum Pardo, primera presidenta de México”. Para el 12 de junio el tema que se abordó en la sesión fue “Resultados electorales”; el 19 de junio la Mesa Directiva anunció que el tema era “Segundo piso de la Cuarta Transformación”. Para el 26 de junio, cuando ya se sabía que la coalición lidereada por Morena había obtenido la mayoría calificada en ambas cámaras, y que la estrategia del Plan C estaba en marcha, el tema de la Agenda Política en la sesión fue “¿Qué Poder Judicial tenemos y qué Poder Judicial queremos?”.

Desde luego, cada legislador promocionaba a favor de su respectivo candidato en un afán de posicionarlo en los medios y con ello hacer que se hablara de él.

Es de llamar la atención que aun con las restricciones legales con las que opera la Comisión Permanente, no fue sino hasta la segunda semana de junio que se aprobó el acuerdo de la integración de las tres comisiones de trabajo. Es decir, dejaron pasar más de un mes para apenas conformar las comisiones que emiten los dictámenes, y con ello, la materia de trabajo. Y dicho sea de paso, en el acuerdo ni siquiera estaba completa la integración pues hubo espacios vacantes en las tres comisiones.

El hecho de que sólo abordaran en la Agenda Política el tema electoral es el reflejo de los intereses que tienen los legisladores. Como es sabido, algunos se reeligieron, por lo que era de su interés posicionarse ellos o sus respectivos partidos y candidatos en el escenario político. Ese es el reflejo de la disparidad de los intereses de la sociedad con los de políticos.

Una vez pasada la elección los candidatos triunfadores se vanagloriaban de su triunfo y hasta daban consejos a la fórmula derrotada de lo que hicieron mal. De igual manera, las sesiones posteriores al 2 de junio han servido para Morena y sus aliados repitan hasta la saciedad los votos que tuvieron y que van a aplicar el Plan C, así como la reforma al Poder Judicial. No ha habido otro tema más.

Desde ahora se vislumbra que esa será la tónica del siguiente sexenio: repetir hasta el cansancio que Morena y sus aliados ganaron con mayoría calificada, retuvieron la presidencia, que van por el segundo piso de la Cuarta Transformación, etc. Es decir, va a ser una repetición del último tramo de este sexenio.

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