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Las hijas de la montaña: una crónica por la vida y contra el abuso medioambiental

Foto: Johana Utrera / @UtreraJo25

“Desde nuestra infancia, nuestros abuelos nos enseñaron que la montaña Matlalcuéyatl es nuestra madre. Nos describieron esta majestuosa montaña como una mujer sabia y hermosa que deambula por el bosque, otorgando vida a través de sus aguas a las plantas, árboles, hongos, animales e incluso a los diminutos microorganismos que habitan en su entorno. Nos enseñaron que todos, hombres y mujeres, somos hermanos e hijos de Matlalcuéyatl.”

Por Johana Utrera / @UtreraJo25

La colectiva Artemali Ocoxal es un cuerpo conformado por diversas almas, similar a la montaña misma, integrada por árboles que, en un movimiento conjunto, susurran vida con el viento. Por ende, la voz de una representa la voz de todas. Así comienza esta historia, con un grupo que el 14 de febrero decide ascender a la montaña para recolectar basura. Es un día que, según ellas, está marcado por el amor, pero para nosotras es desgarrador. Fue en ese día cuando se toparon con una masacre: árboles estaban siendo talados bajo la excusa del saneamiento debido al escarabajo Scolytus mundus.

El 19 de febrero convocan a una rueda de prensa, donde denuncian que el proceso de saneamiento presenta muchas irregularidades. Pero, tal como ellas dicen, la montaña es sabia y arregla las cosas para que sucedan; a ocho días de la rueda de prensa, la colectiva organiza un recorrido por la zona afectada para documentar esta masacre. Sin embargo, otro recorrido se llevó a cabo el 2 de marzo, cuando la montaña llamó a sus hijas para defenderla.

Montaña
Foto: Johana Utrera / @UtreraJo25

El punto de encuentro fue en Tepatlaxco, Puebla, a la mañana, cuando el campo despierta mientras la ciudad duerme en su bullicio. La montaña muestra hermosos y fríos paisajes. Sin embargo, la tala convierte el invierno en un eterno verano.

La tala convierte el grito de la montaña en un recuerdo, aunque es la misma montaña quien revela la injusticia e impunidad. Solo unos minutos de recorrido y estaban talando madera sana y joven bajo la excusa de la enfermedad de los árboles. Fue entonces cuando todo sucedió como un soplo de aire fresco; la colectiva preguntó sobre la procedencia de la madera, señaló las normas que se estaban rompiendo y fue al lugar de donde se estaba extrayendo la madera; donde ocurrió lo mismo: incumplimiento de normas y procesos que impiden la propagación del escarabajo.

Foto: Johana Utrera / @UtreraJo25

Recuerden, la montaña es sabia y tiene un plan que siempre cumple con movimientos perfectos; por eso, cuando llegó la policía municipal y un representante de las brigadas de saneamiento dejaron que se llevaran la madera. Permitieron que se la llevaran para que, en la carretera, los organismos estatales detuvieran el carro por irregularidades en los papeles.

Pero este es solo un paso en el plan, la historia aquí no termina, más bien la montaña ejecutará más acciones cuando lo considere conveniente. Por ahora, esta historia puede considerarse como un fragmento vívido de la vida capturada. A veces, las letras no pueden plasmar la victoria, la lucha, la dignidad y la rabia que alimentan historias como las de las hijas de la montaña.

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