Home Cultura Mordidas, cachetas y arañazos contra mandatarios genocidas

Mordidas, cachetas y arañazos contra mandatarios genocidas

Foto tomada de https://www.chopo.unam.mx/01ESPECIAL/artesvivas/desafiando-al-coloso.html

DESAFIANDO AL COLOSO: TRES ACTOS
Performance-Instalación de la artista Deborah Castillo

Por Nasheli Rivera/ @Riv3rANash3li 

Existen ríos de verdades que piden justicia, son ríos sin surcos, sobre su cauce no hay lirios, no están delineados por piedras, son ríos urbanos, ríos de gente, ríos de pasos, ríos de historias, ríos de voces que, en puntos específicos de la historia, han nacido, han crecido, han luchado, corrieron entre calles, bañaron con su sonido plazas, se estrellaron contra barricadas, empaparon ciudades enteras con sus consignas, con sus huellas, con las injusticias que cayeron sobre ellos al intentar callarlos.

Y luego, cuando su sonido calló, cuando el poder, el interés y la crueldad se abalanzó contra el cauce, contra las manos levantadas y las bocas abiertas, cuando se les trató de arrancar la voz, y con ella se les desprendió la carne y el alma, de su sufrimiento, tortura y muerte, nacieron delgados ríos rojos, hilos de sangre que sus deudos; mamás, papás, hermanos, esposos e hijos, han tratado de seguir para poder encontrar; vida, cuerpos, justicia, razones, algo para poder hallarle sentido a la ausencia.

El barro que usa la artista venezolana Deborah Castillo, con el cual da vida a su obra, se humedece con estos ríos, con la represión que Latinoamérica ha sufrido, pues además de la cerámica, la artista usa la injusticia social; las lágrimas, el sudor, la saliva, la sangre derramada de aquellos que lo dieron todo para exigir, como materia prima para construir y denunciar; lo turbio, lo oscuro, lo que fue y sigue siendo, lo que arrebató, y sigue arrebatando, los actos criminales de gobiernos y mandatarios contra el pueblo que “dirigieron” y al cual, habían prometido “cuidar”.

Desde el 15 de junio del año en curso, durante todo el mes de julio y parte del mes de agosto, la instalación titulada “DESAFÍO AL COLOSO: TRES ACTOS”, de la artista venezolana, estará expuesta en el Museo Universitario del Chopo.

Esta obra, contó con tres momentos importantes, una acción violenta contra tres esculturas que representan a mandatarios responsables de muchas muertes; Diaz Ordaz, Nicolás Maduro y Jorge Rafael Videla, en medio del performance, estos “hombres” recibieron cachetas, mordidas y arañazos, sobre ellos cayó la rabia, la impotencia y el dolor, resultado de los actos que con impunidad cometieron. Además de la extraordinaria actuación de la artista multidisciplinaria Deborah, el performance estuvo acompañado por las palabras del filósofo y escritor José Luis Barrios.

Deborah Castillo, egresada del Instituto Universitario de Artes Plásticas Armando Reverón, en Caracas, Venezuela, creadora multidisciplinaria, ganadora del premio Eugenio Mendoza en 2003, por su trabajo “Colección privada: Fantasías I”, ha centrado su quehacer artístico en los abusos de poder, su obra siempre polémica y política, reflexiona sobre la persistencia del patriarcado, y provoca el desafió contra la épica heroica, contra los iconos históricos y monumentos.

A pesar, de que el iracundo performance ya se realizó el pasado mes de junio, es importante mencionar que el testimonio de esta acción sigue presente en la sala del museo, y que, en sus ruinas el mensaje de esta controvertida artista, es contundente, crudo y directo, es por eso que Somos el Medio, se acercó a esta talentosa creadora, para poder preguntarle un poco sobre su trayectoria, y el proceso que debe seguir para poder concretar su obra.

Un poco de la vida Deborah Castillo

Yo soy artista venezolana, mi trabajo se ha centrado siempre en la crítica y señalamiento de los abusos de poder, esto lo puedes ver, desde mi obra temprana. Debido al contenido de mi trabajo, soy desplazada política, yo he vivido en Londres, Nueva York, en Australia, y ahora vivo aquí en México, la razón de esto, tiene que ver un poco con la diáspora por la dictadura de mi país, por la situación en la que vive Venezuela, que ha pasado de padecer una dictadura a padecer un narco estado.

Yo llevo tres años viviendo aquí en la Ciudad de México, me traslade para acá desde Nueva York, esto fue, porque siento que aquí mi obra se potencializa, tiene un impacto más fuerte, más intenso, tanto de manera social, como artística. Me interesan los discursos y las reflexiones sobre el arte latinoamericano. Al estar viviendo siete años en Estados Unidos, comencé a sentir que tenía que volver a mis raíces latinoamericanas, pero, me es imposible volver a vivir en Venezuela, porque allá, los museos están secuestrados por el estado, un artista que se dedica al arte político no puede trabajar. La única manera de poder estar en un museo venezolano es haciendo panfletos o propaganda política a favor del gobierno y yo, he fijado mi posición como ciudadana y como creadora artística en contra de los abusos de un gobierno totalitario, abusivo, corrupto, demagógico, como el que dirige a Venezuela, y como el que han padecido, en un momento u otro, casi todos los países de Latinoamérica. Durante mi carrera me he dedicado a señalar y criticar estas estructuras de poder.

 ¿Por qué estos tres bustos? ¿Por qué escoger Diaz Ordaz, Videla y a Maduro?

Esta es una pieza que hice en Estados Unidos y es la primera vez que la hago en Latinoamérica, y siempre que la hago es diferente, digamos que existe una idea primigenia, y esta se adapta al contexto que estoy viviendo, en Estado Unidos cuando la hice, los bustos eran héroes híbridos, es decir no tenían una identidad específica.
Cuando soy invitada a realizar esta exposición aquí en el Museo Universitario del Chopo, ya que es un museo universitario, me parece pertinente, tomar a tres mandatarios o tres políticos, que estuvieron involucrados en masacres estudiantiles.

Entonces tomó a Videla. El caso de Videla representa la dictadura del sur, él está involucrado directamente con un crimen de estado, porque asesinó a estudiantes torturados, tirándolos vivos desde un avión. Estos atroces actos, desembocan, el 30 de abril de 1977, que un grupo de madres se presenten en la Plaza de Mayo para preguntar y exigir el paradero de sus hijos, a este movimiento se le conoció como; “Las madres de la plaza de mayo”, las catorce mujeres que comenzaron este movimiento, fueron perseguidas, también secuestradas, torturadas y desaparecidas. Actualmente, aún existen personas que nunca aparecieron.

Foto proporcionada por el Museo Universitario del Chopo

A Díaz Ordaz lo retome, porque obviamente está relacionado con la tragedia de Tlatelolco de año de 1968, los actos violentos que cayeron sobre los estudiantes en la plaza de Tlatelolco, es un momento muy doloroso que marca a México.

Y a Maduro, que es mi presidente, lo puse dentro de mi propuesta, porque en este momento hay jóvenes que no pueden protestar. Participar en manifestaciones o protestas, para los jóvenes venezolanos significa ir preso y ser torturado, ningún estudiante en Venezuela en este momento, en el siglo XXI, puede salir a las calles a decir lo que piensa u opina, ni que están pasando hambre, o que están en desacuerdo con el gobierno.

No tengo las cifras exactas, pero han sido más de tres mil personas torturadas, desaparecidas, o con alguna secuela significativa, consecuencia de la prepotencia, la impunidad y la violencia del estado. La prueba más importante de esto, es la cárcel llamada el Helicoide, este monstruoso complejo que alberga represión, tortura, impunidad, miedo, injusticia, en donde cualquier persona puede caer, no importando si estaba protestando o solo iba pasando, el objetivo del Helicoide es causar miedo, levantan impunemente a cualquiera, para que después de haber estado adentro, y haber sido víctima de sus actos inhumanos, el descontento o la inconformidad desaparezcan.

Para mí estas tres situaciones de violencia ejercidas por el estado, me permiten hilar historias, países que padecieron tragedias similares. Como artista, traté de crear una narrativa de la misma atrocidad, del mismo crimen de estado, ejecutado en distintos momentos de la historia, y en distintos lugares de Latinoamérica y pensando en el lugar donde se expondría, el Museo Universitario del Chopo, me concentré en crímenes cometidos contra estudiantes, me pareció pertinente hacer este performance en un recinto que está dedicado a darle cabida a la crítica, al diálogo, a la verdad.

¿En qué consiste este performance? 

En esta instalación hay una tonelada de arcilla, los bustos fueron modelados por mí, no fueron mandados a hacer, ya que yo soy escultora. El performance que realicé, es una acción que ocurre en el museo simbólicamente, es la destrucción iconoclasta simbólico, para señalar y para mostrar que es lo que está pasando con la ruina política que hemos vivido y seguimos viviendo, estoy hablando del pasado y del presente.

Este proyecto es una narración estética y escultórica, una puesta en escena de la historia de las dictaduras o de los crímenes de estado de Latinoamérica desde el ámbito artístico, esta propuesta es una oportunidad para que la gente que viene al museo piense, reflexione, desde el espacio museístico.

Los actos que ocurrieron en el museo consistieron en dos conversatorios, uno inaugural y el otro de terminó de actividades, el Performance que se realizó el 25 de junio, y la instalación que está en el museo desde el 15 de junio y hasta el mes de agosto.

¿Por qué este tipo de propuestas?

Yo siempre he estado incomoda con el sistema político, el sistema de poder, el orden opresor que es el patriarcado en el que estamos todos, del que nos sabemos cómo salir. Mi satisfacción como artista es poder hacer una puesta en escena y usar mi cuerpo para evidenciar toda la incomodidad y todo el abuso en el espacio museístico.

A mí me interesa la narración monumental del poder, yo estudio el monumento, no como una cosa buena, más bien como un fracaso, el monumento como la idea de algo que no sirve para nada, algo inútil, hasta insultante, porque tú como ciudadano tienes que hacerle pleitesía a un hombre que mató, que fue un criminal, un criminal que en muchos casos no fue a la cárcel, alguien que es impune, y cuando salimos a la calle, nos encontramos con estos hombres, representados como si fueran unos dioses.

La realidad, es que nos enseña y exigen “adorarlos”, por eso mi propuesta es derribarlos, terminar con estas representaciones. Creo firmemente, que la palabra monumento debería eliminarse de la contemporaneidad.  No podemos seguir adorando a criminales. Mi trabajo, esta exposición “Desafiando al Coloso: Tres actos”, es una propuesta para generar preguntas, para que los espectadores se conecten con mis piezas, por eso mi trabajo es muy directo, me interesa que el mensaje llegue a todo el mundo.

Tengo una pieza en donde beso a Bolívar, este proyecto fue por el que fui denunciada en la televisión, es por este performance que me vi obligada a salir de mi país. Por besar al libertador, por “profanar” un monumento.

Eres una artista multidisciplinaria que elige la acción.

Sí, yo soy una artista multidisciplinaria, que utiliza el cuerpo para hacer una propuesta visual, entonces necesito mi cuerpo, necesito la instalación, las esculturas, el dibujo, la fotografía, el video. Mi trabajo tiene dos áreas, el entrenamiento del cuerpo, y el entrenamiento formal; en esta última, es donde está toda mi preparación en cuanto a la escultura, la instalación, es en donde preparó la estética visual que funcionará como escenografía para mi performance.

Para lograr la acción que se realiza en el performance, yo tengo todo un entrenamiento corporal y mental, es importante que me prepare, para esto implementó una alimentación específica, hago yoga, hago muchísimo ejercicio, hago ejercicios de meditación para concentrarme, hago ejercicio de respiración, sobre todo para lograr controlar mi cuerpo, porque durante los performances, me han pasado cosas, me han sacado de lugares, la gente reacciona a mi trabajo y debo estar preparada.

Mi obra, mis propuestas, son una serie de trabajos que al final ponen en riesgo mi cuerpo, que, como artista del performance, debo aceptar, porque a la hora de presentarse, no se puede anticipar como va a reaccionar la audiencia, y debo estar preparada corporalmente y emocionalmente.

¿Cómo es la reacción de tu público al verte arremeter contra estos tres mandatarios?

Mi obra son actos sanadores para mí, y de alguna manera, funciona como activadores en las personas que la observan para también sanarse, y creo esto, porque siempre que yo hago estas acciones, me ha pasado, que el público grita, me pasó, en Estados Unidos, cuando hice este performance, hubo gente que gritaba el nombre Donald Trump. Creo que mi obra se presta para que cada persona que tiene la oportunidad de presenciarla, pueda, de alguna manera, sacar la frustración contra un personaje especifico, ya se a de poder o no.  Hay personas para las que el busto al que atacó, representa la imagen de aquel al que ellos quieren abofetear, al que quiere morder y arañar, en mis movimientos la gente pone esa carga emocional, incluso hay gente que me ha hablado del papá, del hermano, del violador. La pieza es tan cruda y directa, que el público ve en ella a cualquier victimario y en ese momento del performance, en el que mezclan dos catarsis, la mía y la del que observa, es ese el punto en donde ambas partes, encontramos el momento liberador.

Hay gente que llora, hay gente que se acerca y me dice “yo también quiero abofetear”

Deborah Castillo

instagram : https://www.instagram.com/profundaa/

Multidisciplinary artist
Fundadora @profoundation.art
www.deborahcastillo.com

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