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Se busca reportante: los errores del censo para “ubicar” a las personas desaparecidas en Jalisco

En la información pública del “censo” de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada que realizó el Gobierno Federal aparecen, por lo menos, 28 registros erróneos de personas que fueron desaparecidas en Jalisco.

Uno de los errores más evidentes es que en los registros se dice desconocer quién reportó la desaparición aunque algunas de estas personas son familiares de quienes encabezan tres colectivos de búsqueda. Incluso, en los registros se asegura que se “ubicó” a personas que aún siguen desaparecidas.

Por Darwin Franco / @DarwinFranco / @ZonaDocs

Foto portada: Mario Marlo / @MarioMarlo

José Luis Arana Aguilar fue desaparecido el 17 de enero de 2011 en Tonalá, Jalisco. Su madre, Guadalupe Aguilar, es una de las pioneras en la búsqueda de personas desaparecidas en Jalisco.

En 2013 fundó, junto con decenas de familias, el colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (FUNDEJ); no obstante, los datos del censo de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada que realizó el Gobierno Federal precisan que se desconoce a la persona que puso la denuncia de desaparición de José Luis.

Se busca reportante: los errores del censo para “ubicar” a las personas desaparecidas en Jalisco

Bajo esa misma categoría de “Se busca reportante” aparece la desaparición de César Ulises Quintero García, quien fue desaparecido el 4 de agosto de 2017 en Ocotlán, Jalisco.

Su madre, Martha Leticia García lo ha buscado desde entonces y, junto con otras madres buscadoras, encabeza el Colectivo Entre Cielo y Tierra, pese a ello el “censo federal” asegura que no se sabe quién reportó la desaparición de César Ulises.

El 18 de mayo de 2021, en la colonia Vallarta, en Guadalajara, fue desaparecido por presuntos policías, el joven Héctor Daniel Flores Fernández. Su padre, Héctor Flores, no ha parado de buscarle.

Junto con diversas familias creó el Colectivo Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco; no obstante, el censo afirma desconocer que este padre fue quien presentó la denuncia por la desaparición de su hijo.

Héctor Flores en el espacio en donde se pintó la ficha de búsqueda de su hijo desaparecidos (Foto: Aletse Torres).

Aunque cada uno de estos familiares tiene gran presencia pública y en cada acto de exigencia búsqueda y justicia acuden con la fotografía de su ser querido, en la clasificación del censo de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada, se aseguró que no se conoce la identidad de quién reportó la desaparición de José Luis, César Ulises y Héctor Daniel.

Bajo esa misma categoría aparecen otras desapariciones como las de Oscar Antonio López Enamorado quien fue desaparecido el 19 de enero de 2010 entre San Sebastián del Oeste y Puerto Vallarta.

Ana Enamorado, su madre, ha realizado infinidad de acciones de búsqueda y protestas para exigir que se busque a su hijo. Incluso, entre 2020 y 2023, realizó junto a la Comisión Nacional de Búsqueda diversas diligencias para encontrar a Oscar; pese a ello, el registro dentro del censo también es “se busca reportante”.

“Esto es indignante… qué cinismo de la Comisión Nacional de Búsqueda”, precisó Ana cuando al revisar los datos de su hijo en la base pública del censo.

Acciones de búsqueda en campo de Ana Enamorado en Jalisco (Foto: Paula Mónaco Felipe).

Esta clasificación, como se denunció en el reportaje realizado por Efra Tzuc de A dónde van los Desaparecidos, se hizo fuera de toda normatividad en torno a la desaparición de personas en México, pues en las diversas leyes y protocolos no existen las categorías que empleó el censo.

Las categorías empleadas fueron: “Denuncias confirmadas”, “Personas ubicadas”, ”Con indicios”, “Se requiere información de identidad”, “Con identidad sin datos adicionales” y “Se busca reportante”.

De acuerdo a las autoridades federales, en la versión del censo realizado bajo la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada (la cual puede consultarse aquí: https://busquedageneralizada.gob.mx/consulta/) se incluyen los datos de:

  • Aquellas personas que han sido ubicadas, pero de las que se requiere más información para confirmar una localización,
  • Las personas confirmadas como desaparecidas y a las que se está dando seguimiento puntual al caso con comisiones y fiscalías.

Pero también aclaran que también hay registros que “carecen de suficiente información, pues no se dispone de datos sobre la persona que realizó el reporte o se trata de informes anónimos”, lo que de acuerdo a las autoridades “impide confirmar la identidad de la persona reportada como desaparecida o no localizada”.

Incluso se afirma que “estos registros ya fueron cotejados con diversas bases de datos nacionales, sin obtener resultados”, lo cual resulta difícil de creer, pues si se coteja la información con otras bases públicas del propio gobierno federal se podría saber que, por ejemplo, Guadalupe Aguilar es la persona que colocó la denuncia por desaparición de su hijo, José Luis, tanto en la Fiscalía General de la República como en la Fiscalía del Estado de Jalisco.

Y los errores continúan…

En el censo de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada sobre Jalisco aparecen 12 mil 218 registros, lo que corresponde al 13% de los 94 mil 284 registros totales; de éstos, el trabajo realizado por A dónde van los desaparecidos detectó 24 errores, pero la lista es aún más larga.

En los 24 registros del censo que aparecen en el reportaje “Tiene censo de AMLO… otros datos equivocados”: 16 fueron catalogados como “Se busca reportante”, tres como “Se requiere información de identidad”, y cinco aparecen como “Persona Ubicada”.

Uno de estos errores corresponde a la desaparición múltiple de cuatro hermanos. Guadalupe Camarena denunció, el 19 de diciembre de 2019, que sus hijos:  José de Jesús Martínez Camarena, Ernesto Padilla Camarena, Tonatiuh Ávalos Camarena y Oswaldo Javier Ávalos Camarena habían sido desaparecidos por policías municipales de Ocotlán, Jalisco.

Guadalupe frente a las losetas de búsqueda de sus hijos (Foto: Mario Marlo).

Sin embargo, el censo que sólo tiene registros de la desaparición de Ernesto, José de Jesús y Tonatiuh, otorgó a cada caso la categoría de “Se busca reportante; esto a pesar de que por la desaparición de los cuatro hermanos, el Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas emitió el 6 de enero de 2021 cuatro Acciones Urgentes donde exigió al Estado Mexicano la creación de una estrategia integral para una investigación y búsqueda exhaustiva de los hermanos.

Otro desaparición múltiple que también tiene esta clasificación (“se busca reportante”) es la de los ciudadanos italianos, Antonio Russo, Raffaele Russo y Vicenzo Cimmino, quienes fueron desaparecidos el 31 de enero de 2018 por policías municipales de Tecalitlán.

La denuncia fue interpuesta por Francesco Russo, hijo de Raffaele y hermano de Antonio, pero las autoridades dicen desconocer esta información. Por el caso, incluso, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco emitió una recomendación (025/2019) donde se acredita la desaparición forzada, pero esta información pública no ha sido suficiente para saber “quién reportó la desaparición” de los ciudadanos italianos.

Francesco Russo, mostrando la foto de su padre Raffaele.

El resto de las desapariciones que también fueron catalogadas así (“se busca reportante”) son la de Karla Gabriela Macías Cortés, quien fue desaparecida el 17 de julio de 2017 en Tlajomulco de Zúñiga; en este caso, también existe desde el 15 de diciembre de 2022, una Acción Urgente emitida por el Comité Contra la Desaparición Forzada de la ONU, la cual se otorgó a favor de María de Jesús Cortés Martínez, madre de la joven.

María de Jesús Cortés Martínez

Enrique Esparza Ochoa, de 21 años, fue desaparecido el 9 de febrero de 2023 en la colonia Providencia en Zapopan. Sus familiares y amigos realizaron múltiples manifestaciones y marchas.

Su madre, Laura Ochoa, tomó varias veces la palabra para exigir la búsqueda de su hijo e, incluso, fue atendida por personal de la Fiscalía, pero en el registro del censo se asegura no tener datos de quien reportó la desaparición de Enrique.

Laura Ochoa, madre de Enrique (Foto: Mario Marlo).

Jesús Daniel Díaz García fue desaparecido junto con sus amigos Javier Salomón Aceves Gastélum y Marco Francisco García Ávalos, el 19 de marzo de 2018 en Tonalá por presuntos policías estatales.

La desaparición de los tres estudiantes del CAAV generó decenas de marchas y acciones públicas. Incluso, la desaparición de estos jóvenes cineastas ocasionó la apropiación de la Glorieta de los Niños Héroes para renombrarla como la Glorieta de las y los desaparecidos de Jalisco, espacio donde ahora están colocadas más de 100 losetas de búsqueda.

Pese a la relevancia mediática, nacional e internacional, del caso. El censo también colocó el caso de Jesús Daniel en la categoría “Se busca reportante”. En el censo es el único de los tres estudiantes que aparece en el listado.

En el registro del joven destaca que se le considere como desaparecido, pues en la versión oficial de la Fiscalía del Estado de Jalisco, dado a conocer en abril de 2018, ya no contempla como desaparecidos a los jóvenes estudiantes, pues aseguran que sus restos fueron disueltos en ácido por integrantes del crimen organizado.

Padre de Daniel coloca la loseta de búsqueda de su hijo (Foto: Darwin Franco).

Otros casos registrados bajo la categoría de “Se busca reportante” son los de Efrén Alba Martín del Campo, quien fue desaparecido el 24 de marzo de 2020 en Encarnación de Díaz; Miguel Ángel Medina de Niz, desaparecido desde el 8 de febrero de 2018 en Autlán de Navarro; y Pablo Efraín Núñez Ramírez, quien fue desaparecido el 21 de octubre de 2021 en San Diego de Alejandría, de éste la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Jalisco sí emitió una ficha de búsqueda.

En una revisión realizada por ZonaDocs, encontramos cuatro errores más; uno de ellos es del de María Fernanda Azpeitia Amador fue desaparecida el 27 de agosto de 2016 en Zapopan.

Desde entonces, su familia le ha buscado; sin embargo, su caso en el registro señala que, a la fecha, no se ha logrado tener información de la persona que presentó la denuncia; en este caso, quien lo hizo fue Vanessa, su madre.

Manifestación para exigir la localización de María Fernanda Azpeitia. Foto: Especial
Captura de pantalla donde aparece el registro de María Fernanda Azpeitia Amador.

Bajo este mismo tenor se encuentra el registro de Fabiola Regalado Guerrero, quien fue desaparecida en Guadalajara, el 8 de febrero de 2017. En su caso, su madre, Rosa María, y su hermana, Arleen fueron quienes interpusieron la denuncia; sin embargo, aparece como “se busca reportante”.

Una desaparición de mujer con la misma suerte en los registros en el de Erika Berenice Cueto Vázquez, quien fue desaparecida el 12 de noviembre de 2014 entre Puerto Vallarta y San José del Valle, Nayarit. En la base de ella, incluso, aparecen dos registros.

En uno de ellos se precisa que se busca información sobre quién denunció la desaparición y en otro se precisa que “Se requieren datos de identidad”; en cuanto a la búsqueda de Erika, ésta es encabezada desde hace 9 años por Letty Vázquez, quien ha sido una de las madres buscadoras más visibles en el estado.

Quien también aparece con la clasificación de “se busca reportante” es Juan Carlos Zaragoza Gaona, quien fue desaparecido fuera de su propio domicilio, el 26 de mayo de 2015. Sus padres, Juan y Adriana, pertenecen al colectivo Por Amor A Ellxs.

Fueron ambos quienes en diversas instancias, locales y nacionales, reportaron la desaparición cuando ésta ocurrió en Zapopan.

¿Personas ubicadas?

En cuanto a las personas que el registro aparecen como “Ubicadas”, están los nombres de Jorge Ruiz López, José de Jesús Romero Quintero, Manuel Sánchez Juárez, Ramón Gómez Hernández y Karla García Duarte.

Destaca que en este listado aparezca el nombre de Karla, quien fue desaparecida el 18 de septiembre de 2020 en la colonia Mesa Colorada Poniente en Zapopan, junto con sus amigos Kenia Pérez Duarte y Jaime Adrián Ramírez Solís. A la fecha, como lo han señalado sus familiares, no se sabe nada de estos tres jóvenes.

En los registros del censo también se catalogó al caso de Kenia bajo la clasificación “Se requiere información de identidad”, lo cual evidencia el sesgo de género que tiene el instrumento federal, pues tanto ella como Karla, son mujeres trans.  

En el caso de Jaime Adrián Ramírez Solís éste no aparece en los datos del “censo”.

Ana, Mago y Marichuy, madres de Kenia, Karla y Jaime (Foto: Aletse Torres).

Sobre la presunta “ubicación” José de Jesús Romero Quintero y Jorge Ruiz López quienes, junto con Rafael Espinoza Díaz, fueron desaparecidos el 24 de marzo de 2011, el censo asegura que se tiene información sobre su posible paradero.

Estos pescadores y dirigentes de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera La Cruz de Loreto denunciaron la construcción del llamado “Hotelito Desconocido”, centro turístico que fue utilizado para lavar dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación. Desde su desaparición, familiares y amigos no tienen información de que hayan sido ubicados y/o localizados, como se asegura “el censo”.

Misma sensación es la que se tiene sobre la desaparición de los jóvenes Arturo Muñoz Romo y José Guadalupe Rodríguez de León, quienes fueron desaparecidos el 6 de mayo de 2011. De los menores de edad originarios de Aguascalientes no se sabe nada; en el registro, no obstante, aparecen bajo la categoría de “Se requiere información de identidad”.

Este es el primer análisis que sobre el censo de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada que realizaremos en ZonaDocs, esta aproximación permite evidenciar una cadena de errores tanto en la metodología como en el levantamiento de la información, lo cual apunta, como lo ha denunciado el Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en Méxicomás a un proceso de simulación y de manipulación de las desapariciones que a una estrategia real para localizar a las más de 114 mil personas desaparecidas que han sido desaparecidas en México.

Aquí una tabla con los casos en los que hallamos errores en el registro del “censo” para el caso de las personas que han sido desaparecidas en Jalisco.

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