Por: Fernanda Hernández/ @MariaFer_Hd
El Tren Maya ha sido objeto de polémicas desde el anuncio de su ejecución como nuevo proyecto, planteado por el nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador en agosto de 2018.
El proyecto tiene el objetivo de impulsar el desarrollo socioeconómico de la región sur-sureste del país; fortalecer la industria turística y fomentar la inclusión social y creación de empleo.
Sin embargo, el megaproyecto de turismo, comunicación y transporte, ha estado en el ojo de organizaciones ambientalistas y comunidades de pueblos indígenas por el impacto ambiental que el Tren Maya provocaría durante su construcción y como proyecto en funcionamiento.
Con 1.500 km de recorrido por el suroeste mexicano, en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, el Tren Maya está ante el rechazo de comunidades indígenas, ya que de acuerdo con ellos “no es un proyecto que haya surgido de las necesidades del pueblo maya ni para su beneficio”.
A pesar de que se realizaron consultas ciudadanas y consultas indígenas; de ellas, según informó el gobierno federal, los resultados de los 5 estados que participaron en la consulta participativa de los pasados mes de noviembre y diciembre de 2019, el 92.3% votaron a favor de la realización del proyecto, mientras que sólo el 7.4% votó que “No”.
Mientras tanto, en enero de 2020, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pronunció su negativa argumentando que este tipo de proyectos generan la destrucción de la naturaleza y asimismo de los pueblos indígenas. Además, agregaron a su discurso, una denuncia contra AMLO por la simulación de las consultas hechas por su administración.
De igual forma, a finales de 2021, se dio a conocer por parte del Consejo Nacional Indígena (CNI) que a pesar de que López Obrador declaró que no habría afectaciones a la selva, ya van decenas de hectáreas deforestadas.
Ante esta situación, se ha informado que “se han presentado 19 recursos jurídicos por parte de las comunidades y las organizaciones por violación de derechos ambientales, derechos a la consulta a los pueblos indígenas y de salud, pero esta habiendo mucho retraso en los procesos”.
Por su parte, la ONU- Habitat ya habría hecho un análisis del impacto del Tren Maya en el 2020, del cual concluyó que:
- Para 2030 se crearán casi 1 millón de nuevos empleos en la región sureste de México.
- La creación de estos empleos favorecerá a la población originaria.
- El impacto económico local se duplicará con el Tren Maya.
- Para 2030 el Tren Maya sacará de la situación de pobreza a 1.1 millones de personas del sureste mexicano.
- El tren Maya reducirá el consumo de suelo en un 49% protegiendo así al medio ambiente.
- En los municipios con estación de Tren Maya habrá un aumento de una media de 2 años en el promedio de escolaridad.
Ahora bien, durante 2021 se han dado a conocer diversos cambios en el proyecto por parte del Fondo Nacional de Fomento Turístico (FONATUR), entre los que se encuentra:
- Inicialmente la diferencia de longitud, de 900 km a 1.500 km.
- También la modificación de la ruta inicial que en un principio contemplaba una división de 5 tramos para su construcción; actualmente la obra está dividida en 8 partes.
- En suma, están las ahora 19 estaciones de las 15 que originalmente estaban planteadas.
- Otro cambio más sería el tramo elevado de Playa del Carmen al aeropuerto de Cancún, aumentando los costos en más de 30 millones de pesos.
- Los cambios en la ruta que parte de Valladolid, justificada por la alta cantidad de cenotes y zonas arqueológicas.
- El cambio de ruta que ya no atravesaría San Francisco Campeche, sino que ahora lo rodearía.
- La construcción de la estación La Plancha, ahora en Temoaya y no cerca del centro de Yucatán como anteriormente se había planeado.
La obra que debe ser entregada en 2024, ha incrementado su costo con cerca de 74 mil millones de pesos al precio inicial (156 millones de pesos), incluida la intervención del INAH en la obra por los “18 mil hallazgos arqueológicos en toda la ruta del Tren Maya” que para inicio de este año ya habrá incrementado.
Y el día de ayer, 5 de enero, en conferencia matutina el presidente de México, dio a conocer que se está definiendo un nuevo trazo para el Tren Maya, por lo que pidió el apoyo a los hoteleros de la Riviera Maya, destacando que no afectaría sus terrenos, sino que la nueva modificación contempla pasar detrás de sus construcciones.
También se le preguntó el día de hoy, acerca de los riesgos que pudiera correr el proyecto del Tren Maya ante la posibilidad de que Roberto Palazuelos gane la gubernatura de Quintana Roo, a lo cual respondió:
“El Tren Maya es una obra federal, no podría ningún gobierno estatal detenerla”.
“Puede ser que la usen de bandera política, que digan: ‘Si yo gano voy a detener el Tren Maya’. Pues yo les recomendaría que no lo hicieran, porque la gente en Quintana Roo quiere el Tren Maya”.
Por lo mientras, las comunidades indígenas que se encuentran en contra, no cuestionan la generación de empleos de este proyecto, pero sí qué tipo de empleos son y para quiénes.
Asimismo están quienes cuestionan las diversas modificaciones al proyecto que han incrementado los costos y se justifican de maneras absurdas, cuando el debido procedimiento en la creación del proyecto debió prever un adecuado estudio de impacto ambiental.